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Miguel de Cervantes

De Almagro a Toledo, por Ciudad Real y Consuegra (Tramo 8)

Rutas de Don Quijote de la Mancha

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Por delante esperan 2.443 kilómetros de uno de los corredores ecoturísticos más fascinantes del mundo: ciudades, pueblos, aldeas, iglesias, ermitas, castillos, molinos, ventas, llanuras, sierras, valles, ríos, lagunas, estepas, bosques, barrancos y … aventura, mucha aventura; como la que vivió Don Quijote con su inseparable Sancho hace más de 400 años de la pluma de Miguel de Cervantes por estas tierras castellano-manchegas. En esta Ruta tiene el viajero una cita con la historia, con la cultura, con la naturaleza y con las gentes de esta región teniendo como inigualable guía a la alargada figura de Don Quijote.

Rutas del Quijote - Tramo 8

“Digo –respondió Sancho– que confieso que conozco que no es deshonra llamar “hijo de puta” a nadie cuando cae debajo del entendimiento de alabarle. Pero dígame, señor, por el siglo de lo que más quiere: ¿este vino es de Ciudad Real?”

Segunda Parte, Capítulo XIII de Don Quijote de la Mancha.

De sur a norte, este tramo octavo de la Ruta de Don Quijote inicia su andadura en el Campo de Calatrava para cruzar Los Montes de Toledo, la llanura manchega y la Meseta Cristalina que termina desembocando en la histórica ciudad de Toledo. En su camino, atraviesa el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y tierras cervantinas por excelencia.Se inicia la Ruta en Almagro, donde la historia se desborda. Por los inconfundibles soportales de su Plaza Mayor se accede al Museo Nacional de Teatro y al Corral de Comedias, el espacio teatral más conocido, antiguo y popular de toda España. Es inevitable oír el lejano susurro de los versos de Lope, de Tirso, de Rojas Zorilla y los autores que cada año renacen en la sesiones del Festival Internacional de Teatro Clásico. Cerca de Almagro aparece la silueta de Valenzuela de Calatrava, con su Iglesia de San Bartolomé. Hacia el norte la visita es obligada al Parque Arqueológico de Alarcos. Está ubicado en lo alto de un cerro sobre el río Guadiana. Los trabajos de excavación realizados en los últimos años han permitido recuperar la trama urbana de una ciudad ibérica y un castillo medieval. A principios del siglo XIV se levantó el Santuario de la Virgen de Alarcos. La Ruta pasa por Poblete, localizada en una llanura flanqueada por suaves colinas y surcada por los ríos Guadiana y Jabalón. Estos parajes volcánicos están considerados como los más singulares de la comunidad de Castilla-La Mancha y, sin duda, llamarán poderosamente el interés del viajero.

Ciudad Real es una capital dinámica y moderna. El viajero comprobará su pálpito urbano en la Plaza Mayor, la Plaza del Pilar o la Calle de Toledo. Ésta última vía urbana desemboca frente a la Puerta de Toledo, vestigio de la muralla que Ciudad Real tuvo en tiempos pasados. La Catedral es su referente patrimonial más importante. Síntesis de la historia, el arte y la cultura de la ciudad son los museos que abren sus puertas en esta capital: Museo Provincial, Museo de Arte Sacro Diocesano, Museo Elisa Cendrero y Museo del Quijote. Muy cerca se levanta, sobre un cerro, el Castillo de Calatrava la Vieja. Se han catalogado más de 1.500 metros lineales de sólidas murallas y los restos de más de cuarenta torres. En el extremo oriental de la ciudad estaba el alcázar, la iglesia templaria y restos de una mezquita. Dejando atrás Carrión de Calatrava el viajero llega al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. El desbordamiento en la confluencia de los ríos Gigüela y Guadiana da lugar a un humedal, uno de los más importantes de Europa. Ocupa una extensión próxima a las dos mil hectáreas y es un auténtico tesoro de la naturaleza por su característica vegetación y por su rica y variada fauna, sobre todo acuática, que le hacen único. En los tiempos en que Cervantes escribió El Quijote, la Santa Hermandad llevaba a Peralvillo a sus presos para ser ajusticiados, de ahí el temor que mostraba Sancho mientras cabalgaban a lomos de Clavileño en toparse con la legión de diablos que les llevasen a este lugar del Campo de Calatrava. Muy cerca llegamos a Fernán Caballero, junto al Embalse de Gasset, y a Malagón, donde Santa Teresa de Jesús abrió la tercera de sus fundaciones: el Convento de San José.

Alcanza la Ruta los Montes de Toledo, uno de los enclaves naturales más destacados de Castilla-La Mancha. Aquí son frecuentes los encinares, alcornocales y robledales, pudiendo avistarse con paciencia y algo de suerte buitres negros, cigüeñas negras, zorros, águilas reales, milanos, meloncillos, comadrejas y garduñas. Esta comarca tiene gran riqueza cinegética. En estos parajes se alza Fuente El Fresno; el enclave es privilegiado pues combina las cercanías del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel con los atractivos serranos de los Montes de Toledo. Muy cerca, Villarrubia de los Ojos atesora una gran riqueza natural. Entre las estribaciones de los Montes de Toledo y la llanura manchega, aparece Puerto Lápice, citada varias veces por Cervantes en El Quijote. En su caserío conserva algunas de las ventas que le dieron fama en el pasado y gracias a las que su nombre es recordado con letras mayúsculas en las aventuras del Ingenioso Hidalgo. Manchega por excelencia es la localidad de Herencia; paseando por sus calles, descubrimos interesantes ejemplos de arquitectura popular. En Villarta de San Juan el viajero ha de detenerse en el Puente Viejo sobre el río Gigüela. El camino se adentra en la provincia de Toledo y llega a Madridejos con su Plaza de Toros, peculiar edificio de forma ovalada. Sin duda, el Castillo de la Muela y sus once molinos son la seña de identidad de Consuegra. Es inevitable que el viajero imagine aquí alguna de las más señaladas hazañas del héroe cervantino. Como municipio cargado de historia, Consuegra conserva importantes edificaciones que llamarán la atención del viajero.

El camino pasa por Urda con su Ermita del Santísimo Cristo; Los Yébenes con su elevada sierra, Manzaneque y Almonacid de Toledo con sus históricos castillos; y Orgaz con su espléndido conjunto urbano.

Llega la Ruta de Don Quijote a la ciudad de Toledo. Nos encontramos en una de las ciudades más bellas del mundo y es casi una obligación perderse por su callejuelas y empaparse de su variado, amplio, magnífico conjunto monumental. Toledo es un grandioso centro monumental y uno de los cascos históricos más extensos y bellos del mundo. El viajero se sentirá abrumado por las posibilidades que Toledo ofrece: iglesias, mezquitas, sinagogas, ermitas, conventos, palacios, castillos, museos, casas nobiliarias, puentes, portadas monumentales, murallas… desde su Circo Romano a sus baños árabes; desde los restos visigodos a las torres y ábsides mudéjares; de la monumentalidad del gótico de la Catedral a las coquetas y populares ermitas…

Fuente: Instituto Don Quijote de promoción turística, cultural y artesana de Castilla-la Mancha

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