El Cantar de Mio Cid - Cantar III

Cantar III: La afrenta de Corpes

112.

En Valençia seie Mio Çid con todos sus vassallos,
con el amos sus yernos los ifantes de Carrion.
Yazies’ en un escanno, durmie el Campeador;
mala sobrevienta sabed que les cuntio:
salios’ de la rred e desatos’ el leon.
En grant miedo se vieron por medio de la cort;
enbraçan los mantos los del Campeador
e çercan el escanno e fincan sobre so sennor.
Ferran Gonçalez non vio alli do s’ alçasse, nin camara abierta nin torre,
metios so ‘l escanno tanto ovo el pavor;
Diego Gonçalez por la puerta salio
diziendo de la boca: «¡Non vere Carrion!»
Tras una viga lagar metios’ con grant pavor,
el manto e el brial todo suzio lo saco.
En esto desperto el que en buen ora naçio,
vio çercado el escanno de sus buenos varones:
«¿Que ‘s esto, mesnadas, o que queredes vos?»
«¡Hya sennor ondrado rrebata nos dio el leon!»
Mio Çid finco el cobdo, en pie se levanto,
el manto trae al cuello e adelinno pora leon;
el leon quando lo vio assi se vergonço
ante Mio Çid la cabeça premio e el rrostro finco;
Mio Çid don Rodrigo al cuello lo tomo
e lievalo adestrando, en la rred le metio.
A maravilla lo han quantos que i son
e tornaronse al apalaçio pora la cort.
Mio Çid por sos yernos demando e no los fallo,
mager los estan lamando ninguno non rresponde.
Quando los fallaron e ellos vinieron assi vinieron sin color;
¡non viestes tal guego commo iva por la cort!
Mandolo vedar Mio Çid el Campeador.
Muchos tovieron por enbaidos los ifantes de Carrion;
fiera cosa les pesa desto que les cuntio.

113.

Ellos en esto estando don avien grant pesar,
fuerças de Marruecos Valençia vienen çercar;
çinquaenta mill tiendas fincadas ha de las cabdales,
aqueste era el rrey Bucar, si l’ oviestes contar.

114.

Alegravas’ el Çid e todos sus varones
que les creçe la ganançia ¡grado al Criador!
Mas, sabed, de cuer les pesa a los ifantes de Carrion
ca veien tantas tiendas de moros de que non avien sabor.
Amos hermanos apart salidos son:
«Catamos la ganançia e la perdida no;
ya en esta batalla a entrar abremos nos,
¡esto es aguisado por non ver Carrion,
bibdas rremandran fijas del Campeador!»
Oyo la poridad aquel Munno Gustioz,
vino con estas nuevas a Mio Çid Ruy Diaz el Campeador:
«¡Evades que pavor han vuestros yernos: tan osados,
por entrar en batalla desean Carrion!
Hidlos conortar, ¡si vos vala el Criador!
Que sean en paz e non ayan i rraçion,
¡nos convusco la vençremos e valernos ha el Criador!»
Mio Çid don Rodrigo sonrrisando salio:
«¡Dios vos salve, yernos, ifantes de Carrion!
¡En braços tenedes mis fijas tan blancas commo el sol!
Hyo desseo lides e vos a Carrion;
en Valençia folgad a todo vuestro sabor
ca d’aquelos moros yo so sabidor:
arrancarmelos trevo con la merçed del Criador.»

115.

«¡Aun vea el ora que vos meresca dos tanto!»
En una conpanna tornados son amos;
assi lo otorga don Pero cuemo se alaba Ferrando.
Plogo a Mio Çid e a todos sos vassallos:
«¡Aun si Dios quisiere e el Padre que esta en alto
amos los mios yernos buenos seran en campo!»
Esto van diziendo e las yentes se alegando,
en la ueste de los moros los atamores sonando;
a maravilla lo avien muchos dessos christianos
ca nunqua lo vieran, ca nuevos son legados.
Mas se maravillan entre Diego e Ferrando,
por la su voluntad non serien alli legados.
Oid lo que fablo el que en buen ora nasco:
«¡Ala, Pero Vermuez, el mio sobrino caro!
Curiesme a Diego e curiesme a don Fernando
mios yernos amos a dos, las cosas que mucho amo,
ca los moros,con Dios, non fincaran en canpo.»

116.

«Hyo vos digo, Çid, por toda caridad,
que oy los ifantes a mi por amo non abran;
¡curielos qui quier, ca d’ellos poco m’incal!
Hyo con los mios ferir quiero delant,
vos con los vuestros firmemientre a la çaga tengades;
si cueta fuere bien me podredes huviar.»
Aqui lego Minaya Albar Fannez:
«¡Oid, ya Çid Canpeador leal!
Esta batalla el Criador la fera,
e vos tan dinno que con el avedes part.
Mandadno’los ferir de qual part vos semejar;
el debdo que a cada uno a conplir sera.
¡Verlo hemos con Dios e con la vuestra auze!»
Dixo Mio Çid: «Ayamos mas de vagar.»
Afevos el obispo don Jheronimo muy bien armado,
paravas’ delant al Campeador siempre con la buen auze:
«Oy vos dix’ la missa de Sancta Trinidade,
por esso sali de mi tierra e vin vos buscar
por sabor que avia de algun moro matar.
Mi orden e mis manos querrialas ondrar
e a estas feridas yo quiero ir delant;
pendon trayo a corças e armas de sennal,
si plogiesse a Dios querrialas ensayar,
Mio coraçon que pudiesse folgar
e vos, Mio Çid, de mi mas vos pagar.
Si este amor non feches yo de vos me quiero quitar.»
Essora dixo Mio Çid: «Lo que vos queredes plazme.
Afe los moros a ojo, idlos ensayar;
¡nos d’aquent veremos commo lidia el abbat!»

117.

El obispo don Jheronimo priso a espolonada
e ivalos ferir a cabo del albergada:
por la su ventura e Dios qu’ el amava
a los primeros colpes dos moros matava de la lança;
el astil a quebrado e metio mano al espada,
ensayavas’ el obispo, ¡Dios, que bien lidiava!
Dos mato con lança e V con el espada;
los moros son muchos, derredor le çercavan,
davanle grandes colpes mas no l’ falssan las armas.
El que en buen ora nasco los ojos le fincava,
enbraço el escudo e abaxo el asta,
aguijo a Bavieca el cavallo que bien anda,
hivalos ferir de coraçon e de alma;
en las azes primeras el Campeador entrava,
abatio a VII e a IIII matava.
Plogo a Dios aquesta fue el arrancada.
Mio Çid con los suyos cae en alcança:
veriedes quebrar tantas cuerdas e arrancarse las estacas
e acostarse los tendales, con huebras eran tantas.
Los de Mio Çid a los de Bucar de las tiendas los sacan.

118.

Sacanlos de las tiendas, caenlos en alcaz;
tanto braço con loriga veriedes caer apart,
tantas cabeças con yelmos que por el campo caen,
cavallos sin duennos salir a todas partes;
VII migeros conplidos duro el segudar.
Mio Çid al rrey Bucar cayol’ en alcaz:
«¡Aca torna, Bucar! Venist d’alent mar,
verte as con el Çid el de la barba grant,
¡saludarnos hemos amos e tajaremos amistad!»
Respuso Bucar al Çid: «¡Cofonda Dios tal amistad!
El espada tienes desnuda en la mano e veot’ aguijar,
asi commo semeja en mi la quieres ensayar;
mas si el cavallo non estropieça o comigo non caye
¡non te juntaras comigo fata dentro en la mar!»
Aqui rrespuso Mio Çid: «¡Esto non sera verdad!»
Buen cavallo tiene Bucar e grandes saltos faz
mas Bavieca el de Mio Çid alcançandolo va.
Alcançolo el Çid a Bucar a tres bravas del mar,
arriba alco Colada, un grant golpe dadol’ ha,
las carbonclas del yelmo tollidas ge la ha,
cortol’ el yelmo e’, librado todo lo hal,
fata la çintura el espada legado ha.
Mato a Bucar al rrey de alen mar
e gano a Tizon que mill marcos d’oro val.
Vençio la batalla maravillosa e grant.
Aqui s’ondro Mio Çid e quantos con el son.

119.

Con estas ganançias ya s’ ivan tornando;
sabet, todos de firme rrobavan el campo.
A las tiendas eran legados
do estava el que en buen ora nasco.
Mio Çid Ruy Diaz el Campeador contado
con dos espadas que el preçiava algo
por la matança vinia tan privado,
la cara fronzida e almofar soltado,
cofia sobre los pelos fronzida d’ella ya quanto.
Algo vie Mio Çid de lo que era pagado:
alço sos ojos, esteva adelant catando
e vio venir a Diego e a Fernando
amos son fijos del conde don Gonçalo.
Alegros’ Mio Çid, fermoso sonrrisando:
«¿Venides, mios yernos? ¡Mios fijos sodes amos!
Se que de lidiar bien sodes pagados;
a Carrion de vos iran buenos mandados
commo al rrey Bucar avemos arrancado.
¡Commo yo fio por Dios e en todos los sos sanctos
d’esta arrancada nos iremos pagados!»
Minaya Albar Fannez essora es legado,
el escudo trae al cuello e todo espadado;
de los colpes de las lanças non avie rrecabdo,
aquelos que ge los dieran non ge lo avien logrado.
Por el cobdo ayuso la sangre destellando,
de XX arriba ha moros matado.
De todas partes sos vassalos van legando:
«¡Grado a Dios e al Padre que esta en alto
e a vos, Çid, que en buen ora fuestes nado!
Matastes a Bucar e arrancamos el canpo;
todos estos bienes de vos son e de vuestros vassallos.
E vuestros yernos aqui son ensayados,
fartos de lidiar con moros en el campo.»
Dixo Mio Çid: «Yo d’esto so pagado;
quando agora son buenos adelant seran preçiados.»
Por bien lo dixo el Çid mas ellos lo tovieron a mal.
Todas las ganançias a Valençia son legadas;
alegre es Mio Çid con todas sus conpannas
que a la rraçion caie seisçientos marcos de plata.
Los yernos de Mio Çid quando este aver tomaron
d’esta arrancada, que lo tenien en so salvo,
cuidaron que en sus dias nunqua serien minguados.
Fueron en Valençia muy bien arreados,
conduchos a sazones, buenas pieles e buenos mantos.
Muchos son alegres Mio Çid e sus vassallos.

120.

Grant fue el dia la cort del Campeador
despues que esta batalla vençieron e al rrey Bucar mato.
Alço la mano, a la barba se tomo:
«Grado a Christus que del mundo es sennor
quando veo lo que avia sabor,
que lidiaron comigo en campo mios yernos amos a dos!
Mandados buenos iran d’ellos a Carrion
commo son ondrados e aver vos grant pro.

121.

Sobejanas son las ganançias que todos an ganadas.
Lo uno es nuestro, lo otro han en salvo.»
Mando Mio Çid el que en buen ora nasco
d’esta batalla que han arrancado
que todos prisiessen so derecho contado
e la su quinta non fuesse olbidado;
assi lo fazen todos ca eran acordados.
Cayeronle en quinta al Çid seixçientos cavallos
e otras azemillas e camelos largos;
tantos son de muchos que non serien contados.

122.

Todas estas ganançias fizo el Canpeador:
«¡Grado ha Dios que del mundo es señor!
Antes fu minguado, agora rrico so,
que he aver e tierra e oro e onor,
e son mios yernos ifantes de Carrion;
arranco las lides cornmo plaze al Criador,
moros e christianos de mi han grant pavor;
ala dentro en Marruecos o las mezquitas son
que abram de mi salto quiçab alguna noch
ellos lo temen, ca non lo piesso yo;
no los ire buscar, en Valençia sere yo;
ellos me daran parias con ayuda del Criador
que paguen a mi o a qui yo ovier sabor.»
Grandes son los gozos en Valençia con Mio Çid el Canpeador
de todas sus conpannas e de todos sus vasallos
grandes son los gozos de sus yernos amos a dos,
d’aquesta arrancada que lidiaron de coraçon
valia de çinco mill marcos ganaron amos a dos,
muchos tienen por rricos los ifantes de Carrion.
Ellos con los otros vinieron a la cort;
aqui esta con Mio Çid el obispo don Jheronimo,
el bueno de Albar Fannez cavallero lidiador,
e otros muchos que crio el Campeador.
Quando entraron los ifantes de Carrion
rreçibiolos Minaya por Mio Çid el Campeador:
«¡Aca venid, cunnados, que mas valemos por vos!»
Assi commo legaron pagos’ el Campeador:
«Evades aqui, yernos, la mi mugier de pro
e amas las mis fijas don Elvira e donna Sol;
bien vos abraçen e sirvanvos de coraçon.
¡Grado a Sancta Maria madre de nuestro sennor Dios!
D’estos nuestros casamientos vos abredes honor;
buenos mandados iran a tierras de Carrion.»

123.

A estas palabras fablo Feran Gonçalez:
«¡Grado al Criador e a vos, Çid ondrado!
Tantos avemos de averes que no son contados;
por vos avemos ondra e avemos lidiado,
vençiemos moros en campo e matamos
a aquel rrey Bucar, traidor provado.
Pensad de lo otro, que lo nuestro tenemoslo en salvo.»
Vassallos de Mio Çid seiense sonrrisando
quien lidiara mejor o quien fuera en alcanço;
mas non fallavan i a Diego ni a Ferrando.
Por aquestos guegos que ivan levantando
e las noches e los dias tan mal los escarmentando
tan mal se conssejaron estos iffantes amos;
amos salieron apart, veramientre son hermanos;
d’esto que ellos fablaron nos parte non ayamos:
«Vayamos pora Carrion, aqui mucho detardamos;
los averes que tenemos grandes son e sobejanos,
mientra que visquieremos despender no lo podremos.

124.

Pidamos nuestras mugieres al Çid Campeador;
digamos que las levaremos a tierras de Carrion,
ensennarlas hemos do las heredades son;
sacarlas hemos de Valençia, de poder del Campeador,
despues en la carrera feremos nuestro sabor
ante que nos rretrayan lo que cuntio del leon.
¡Nos de natura somos de condes de Carrion!
Averes levaremos grandes que valen grant valor;
¡escarniremos las fijas del Canpeador!»
«D’aquestos averes sienpre seremos rricos omnes,
podremos casar con fijas de rreyes o de enperadores
¡ca de natura somos de condes de Carrion!
Assi las escarniremos a las fijas del Campeador
antes que nos rretrayan lo que fue del leon.»
Con aqueste conssejo amos tornados son.
Fablo Feran Gonçalez e fizo callar la cort:
«¡Si vos vala el Criador, Çid Campeador!
Que plega a donna Ximena e primero a vos
e a Minaya Albar Fannez e a quantos aqui son:
dadnos nuestras mugieres que avemos a bendiçiones,
levarlas hemos a nuestras tierras de Carrion,
meterlas hemos en las villas
que les diemos por arras e por onores;
veran vuestras fijas lo que avemos nos,
los fijos que ovieremos en que avran partiçion.»
Dixo el Campeador: «Darvos he mis fijas e algo de lo mio.»
El Çid que no s’ curiava de assi ser afontado:
«Vos les diestes villas por arras en tierras de Carrion;
hyo quieroles dar axuvar III mill marcos de plata,
darvos e mulas e palafres muy gruessos de sazon,
cavallos pora en diestro fuertes e corredores
e muchas vestiduras de pannos e de çiclatones;
darvos he dos espadas, a Colada e a Tizon,
bien lo sabedes vos que las gane a guisa de varon.
Mios fijos sodes amos quando mis fijas vos do;
alla me levades las telas del coraçon.
¡Que lo sepan en Gallizia y en Castiella e en Leon
con que rriqueza enbio mios yernos amos a dos!
A mis fijas sirvades, que vuestras mugieres son;
si bien las servides yo vos rrendre buen galardon.»
Atorgado lo han esto los iffantes de Carrion.
Aqui rreçiben las fijas del Campeador,
compieçan a rreçebir lo que el Çid mando.
Quando son pagados a todo so sabor
hya mandavan cargar iffantes de Carrion.
Grandes son las nuevas por Valençia la mayor,
todos prenden armas e cavalgan a vigor
porque escurren sus fijas del Campeador a tierras de Carrion.
Hya quieren cavalgar, en espidimiento son.
Amas hermanas don Elvira e donna Sol
fincaron los inojos ant’ el Çid Campeador:
«¡Merçed vos pedimos, padre! ¡Si vos vala el Criador!
Vos nos engendrastes, nuestra madre nos pario;
delant sodes amos, sennora e sennor.
Agora nos enviades a tierras de Carrion,
debdo nos es a cunplir lo que mandaredes vos.
Assi vos pedimos merçed nos amas a dos
que ayades vuestros menssajes en tierras de Carrion.
Abraçolas Mio Çid e saludolas amas a dos

125.

El fizo aquesto, la madre lo doblava:
«¡Andad, fijas, d’aqui el Criador vos vala!
De mi e de vuestro padre bien avedes nuestra graçia.
Hid a Carrion do sodes heredadas;
assi commo yo tengo bien vos he casadas.»
Al padre e a la madre las manos les besavan;
amos las bendixieron e dieronles su graçia.
Mio Çid e los otros de cavalgar penssavan
a grandes guarnimientos, a cavallos e armas.
Hya salien los ifantes de Valençia la clara
espiendos’ de las duennas e de todas sus compannas;
por la huerta de Valençia teniendo salien armas,
alegre va Mio Çid con todas sus compannas.
Violo en los avueros el que en buen ora çinxo espada
que estos casamientos non serien sin alguna tacha;
no s’ puede rrepentir, que casadas las ha amas.

126.

«¿O heres, mio sobrino, tu, Felez Munnoz?
Primo eres de mis fijas amas d’alma e de coraçon.
Mandot’ que vayas con ellas fata dentro en Carrion,
veras las heredades que a mis fijas dadas son;
con aquestas nuevas vernas al Campeador.»
Dixo Felez Munnoz: «Plazme d’alma e de coraçon.»
Minaya Albar Fannez ante Mio Çid se paro:
«Tornemosnos, Çid a Valençia la mayor,
que si a Dios ploguiere e al Padre Criador
irlas hemos ver a tierras de Carrion.»
«A Dios vos hacomendamos don Elvira e donna Sol;
a tales cosas fed que en plazer caya a nos.»
Respondien los yernos: «¡Assi lo mande Dios!»
Grandes fueron los duelos a la departiçion;
el padre con las fijas loran de coraçon
assi fazian los cavalleros del Campeador.
«¡O yas, sobrino, tu, Felez Munnoz!
Por Molina iredes, una noch i yazredes,
saludad a mio amigo el moro Avengalvon;
rreçiba a mios yernos commo el pudier mejor.
Dil’ que enbio mis fijas a tierras de Carrion.
De lo que ovieren huebos sirvanlas a so sabor,
desi escurralas fasta Medina por la mi amor;
de quanto el fiziere yo l’ dar por ello buen galardon.»
Cuemo la unna de la carne ellos partidos son.
Hya s’ torno pora Valençia el que en buen ora nasçio.
Pienssanse de ir los ifantes de Carrion;
por Sancta Maria d’Alvarrazin fazian la posada,
aguijan quanto pueden ifantes de Carrion;
felos en Molina con el moro Avengalvon.
El moro quando lo sopo plogol’ de coraçon,
saliolos rreçebir con grandes avorozes;
¡Dios, que bien los sirvio a todo so sabor!
Otro dia mannana con ellos cavalgo,
con dozientos cavalleros escurrir los mando;
hivan troçir los montes los que dizen de Luzon.
A las fijas del Çid el moro sus donas dio,
buenos sennos cavallos a los ifantes de Carrion.
Troçieron Arbuxuelo e legaron a Salon,
o dizen el Anssarera ellos posados son.
Tod esto les fizo el moro por el amor del Çid Campeador.
Ellos veien la rriqueza que el moro saco,
entramos hermanos conssejaron traçion:
«Hya pues que a dexar avemos fijas del Campeador
si pudiessemos matar el moro Avengalvon
quanta rriquiza tiene aver la iemos nos.
Tan en salvo lo abremos commo lo de Carrion,
nunqua avrie derecho de nos el Çid Campeador.»
Quando esta falssedad dizien los de Carrion
un moro latinado bien ge lo entendio;
non tiene poridad, dixolo Avengalvon:
«Acayaz, curiate d’estos, ca eres mio sennor;
tu muert oi conssejar a los ifantes de Carrion.»

127.

El moro Avengalvon mucho era buen barragan,
con dozientos que tiene iva cavalgar.
Armas iva teniendo, paros’ ante los ifantes;
de lo que el moro dixo a los ifantes non plaze:
«Dezidme: ¿que vos fiz ifantes de Carrion?
¡Hyo sirviendovos sin art e vos conssejastes pora mi muert!
Si no lo dexas’ por Mio Çid el de Bivar
tal cosa vos faria que por el mundo sonas’
e luego levaria sus fijas al Campeador leal;
¡vos nunqua en Carrion entrariedes jamas!

128.

Aqui m’ parto de vos commo de malos e de traidores.
Hyre con vuestra graçia, don Elvira e donna Sol;
¡poco preçio las nuevas de los de Carrion!
Dios lo quiera e lo mande, que de tod el mundo es sennor,
d’aqueste casamiento que grade el Campeador.»
Esto les ha dicho e el moro se torno;
teniendo ivan armas al troçir de Salon,
cuemmo de buen seso a Molina se torno.
Ya movieron d’El Anssarera los ifantes de Carrion;
acojense a andar de dia e de noch,
a ssiniestro dexan Atienza una penna muy fuert,
la sierra de Miedes passaronla estoz,
por los Montes Claros aguijan a espolon,
a ssiniestro dexan a Griza que Alamos poblo
alli son cannos do a Elpha ençerro,
a diestro dexan a Sant Estevan, mas cae aluen;
entrados son los ifantes al rrobredo de Corpes,
los montes son altos, las rramas pujan con las nues,
e las bestias fieras que andan aderredor.
Falaron un vergel con una linpia fuent,
mandan fincar la tienda ifantes de Carrion;
con quantos que ellos traen i yazen essa noch.
Con sus mugieres en braços demuestranles amor:
¡mal ge lo cunplieron quando salie el sol!
Mandaron cargar las azemilas con grandes averes;
cogida han la tienda do albergaron de noch,
adelant eran idos los de criazon.
Assi lo mandaron los ifantes de Carrion
que non i fincas’ ninguno, mugier nin varon,
si non amas sus mugieres donna Elvira e donna Sol;
deportarse quieren con ellas a todo su sabor.
Todos eran idos, ellos IIII solos son.
Tanto mal comidieron los ifantes de Carrion:
«Bien lo creades don Elvira e donna Sol:
aqui seredes escarnidas en estos fieros montes;
oy nos partiremos e dexadas seredes de nos,
non abredes part en tierras de Carrion.
Hiran aquestos mandados al Çid Campeador;
¡nos vengaremos aquesta por la del leon!»
Alli les tuellen los mantos e los pelliçones,
paranlas en cuerpos e en camisas e en çiclatones.
Espuelas tienen calçadas los malos traidores,
en mano prenden las çinchas fuertes e duradores.
Quando esto vieron las duennas fablava donna Sol:
«¡Por Dios vos rrogamos don Diego e don Ferando!
Dos espadas tenedes fuertes e tajadores
al una dizen Colada e al otra Tizon
¡cortandos las cabeças, martires seremos nos!
Moros e christianos departiran d’esta rrazon,
que por lo que nos mereçemos no lo prendemos nos;
¡atan malos enssienplos non fagades sobre nos!
Si nos fueremos majadas abiltaresdes a vos,
rretraervos lo an en vistas o en cortes.»
Lo que rruegan las duennas non les ha ningun pro.
Essora les conpieçan a dar los ifantes de Carrion,
con las çinchas corredizas majanlas tan sin sabor,
con las espuelas agudas don ellas an mal sabor
rrompien las camisas e las carnes a ellas amas a dos;
linpia salie la sangre sobre los çiclatones.
Ya lo sienten ellas en los sos coraçones.
¡Qual ventura serie esta si ploguiesse al Criador
que assomasse essora el Çid Campeador!
Tanto las majaron que sin cosimente son,
sangrientas en las camisas e todos los çiclatones.
Canssados son de ferir ellos amos a dos
ensayandos’ amos qual dara mejores colpes.
Hya non pueden fablar don Elvira e donna Sol,
por muertas las dexaron en el rrobredo de Corpes.

129.

Levaronles los mantos e las pieles arminnas
mas dexanlas maridas en briales e en camisas
e a las aves del monte e a las bestias de la fiera guisa.
Por muertas las dexaron sabed, que non por bivas.
¡Qual ventura serie si assomas’ essora el Çid Campeador!

130.

Los ifantes de Carrion en el rrobredo de Corpes
por muertas las dexaron,
que el una al otra no l’ torna rrecabdo.
Por los montes do ivan ellos ivanse alabando:
«De nuestros casamientos agora somos vengados;
non las deviemos tomar por varraganas
si non fuessemos rogados,
pues nuestras parejas non eran pora en braços.
¡La desondra del leon assi s’ ira vengando!»

131.

Alabandos’ ivan los ifantes de Carrion.
Mas yo vos dire d’aquel Felez Munnoz,
sobrino era del Çid Campeador:
mandaronle ir adelante mas de su grado non fue.
En la carrera do iva doliol’ el corazon;
de todos los otros aparte se salio,
en un monte espesso Felez Munnoz se metio
fasta que viesse venir sus primas amas a dos
o que an fecho los ifantes de Carrion.
Violos venir e oyo una rrazon,
ellos no l’ vien ni dend sabien rraçion;
sabet bien que si ellos le viessen non escapara de muert.
Vansse los ifantes, aguijan a espolon.
Por el rrastro tornos’ Felez Munnoz,
fallo sus primas amorteçidas amas a dos;
lamando ‘¡Primas, primas!’ luego descavalgo,
arrendo el cavallo, a ellas adelinno:
«¡Ya primas, las mis primas don Elvira e donna Sol!
¡Mal se ensayaron los ifantes de Carrion!
¡A Dios plega e a Sancta Maria que dent prendan ellos mal galardon!»
Valas tornando a ellas amas a dos;
tanto son detraspuestas que non pueden dezir nada.
Partieronsele las tellas de dentro de los coraçones,
lamando «¡Primas, primas don Elvira e donna Sol!
¡Despertedes, primas por amor del Criador!
Mientra es el dia, ante que entre la noch,
¡los ganados fieros non nos coman en aqueste mont!»
Van rrecordando don Elvira e donna Sol,
abrieron los ojos e vieron a Felez Munnoz.
«¡Esforçadvos, primas, por amor del Criador!
De que non me fallaren los ifantes de Carrion
a grant priessa sere buscado yo;
si Dios non nos vale aqui morremos nos.»
Tan a grant duelo fablava donna Sol:
«¡Si vos lo meresca, mio primo, nuestro padre el Campeador!
¡Dandos del agua, si vos vala el Criador!»
Con un sonbrero que tiene Felez Munnoz
nuevo era e fresco, que de Valençia l’ saco,
cogio del agua en el e a sus primas dio;
mucho son lazradas e amas las farto.
Tanto las rrogo fata que las assento;
valas conortando e metiendo coraçon
fata que esfuerçan, e amas las tomo
e privado en el cavallo las cavalgo;
con el so manto a amas las cubrio,
el cavallo priso por la rrienda e luego dent las partio.
Todos tres senneros por los rrobredos de Corpes
entre noch e dia salieron de los montes;
a las aguas de Duero ellos arribados son,
a la torre de don Urraca elle las dexo.
A sant Estevan vino Felez Munnoz,
fallo a Diego Tellez el que de Albar Fannez fue;
quando el lo oyo pesol’ de coraçon,
priso bestias e vestidos de pro,
hiva rreçebir a don Elvira e a donna Sol;
en Sant Estevan dentro las metio,
quanto el mejor puede alli las ondro.
Los de Sant Estevan siempre mesurados son;
quando sabien esto pesoles de coraçon,
a llas fijas del Çid danles esfuerço;
alli sovieron ellas fata que sannas son.
Allabandos’ seian los ifantes de Carrion.
De cuer peso esto al buen rrey don Alfonsso.
Van aquestos mandados a Valençia la mayor;
quando ge lo dizen a Mio Çid el Campeador
una grand ora pensso e comidio;
alço la su mano, a la barba se tomo:
«¡Grado a Christus que del mundo es sennor
quando tal ondra me an dada los ifantes de Carrion!
¡Par aquesta barba que nadi non messo
non la lograran los ifantes de Carrion,
que a mis fijas bien las casare yo!»
Peso a Mio Çid e a toda su cort
e Albar Fannez d’alma e de coraçon.
Cavalgo Minaya con Pero Vermuez
e Martin Antolinez el burgales de pro
con CC cavalleros quales Mio Çid mando;
dixoles fuertemientre que andidiessen de dia e de noch,
aduxiessen a ssus fijas a Valençia la mayor.
Non lo detardan el mandado de su sennor,
apriessa cavalgan, andan los dias e las noches;
vinieron a Sant Estevan de Gormaz un castiello tan fuert,
hi albergaron por verdad una noch.
A Sant Estevan el mandado lego
que vinie Minaya por sus primas amas a dos.
Varones de Sant Estevan a guisa de muy pros
reçiben a Minaya e a todos sus varones,
presentan a Minaya essa noch grant enffurçion;
non ge lo quiso tomar, mas mucho ge lo gradio:
«Graçias, varones de Sant Estevan, que sodes connosçedores,
por aquesta ondra que vos diestes a esto que nos cuntio.
Mucho vos lo gradeçe alla do esta, Mio Çid el Campeador;
assi lo fago yo que aqui esto.
¡Affe Dios de los çielos: que vos de dent buen galardon!»
Todos ge lo gradeçen e sos pagados son;
adelinnan a posar pora folgar essa noch.
Minaya va ver sus primas do son,
en el fincan los ojos don Elvira e donna Sol:
«¡Atanto vos lo gradimos commo si viessemos al Criador!
E vos a el lo gradid quando bivas somos nos.
En los dias de vagar toda nuestra rrencura sabremos contar.»

132.

Lloravan de los ojos las duennas e Alvar Fannez
e Pero Vermuez otro tanto las ha:
«Don Elvira e donna Sol: cuidado non ayades
quando vos sodes sanas e bivas e sin otro mal.
Buen casamiento perdiestes, mejor podredes ganar.
¡Aun veamos el dia que vos podamos vengar!»
Hi yazen essa noche, e tan grand gozo que fazen.
Otro dia mannana pienssan de cavalgar;
los de Sant Estevan escurriendolos van
fata Rio d’Amor dandoles solaz,
d’allent se espidieron d’ellos, pienssanse de tornar,
e Minaya con las duennas iva cabadelant.
Troçieron Alcoçeva, a diestro dexan Gormaz,
o dizen Bado de rrey alla ivan pasar,
a la casa de Berlanga posada presa han.
Otro dia mannana metense a andar,
a qual dizen Medina ivan albergar
e de Medina a Molina en otro dia van.
Al moro Avengalvon de coraçon le plaz,
saliolos a rreçebir de buena voluntad;
por amor de Mio Çid rica cena les da.
Dent pora Valençia adelinechos van.
Al que en buen ora nasco legava el menssaje;
privado cavalga, a rreçebirlos sale,
armas iva teniendo e grant gozo que faze;
Mio Çid a sus fijas ivalas abraçar,
besandolas a amas tornos’ de sonrrisar:
«¿Venides, mis fijas? ¡Dios vos curie de mal!
Hyo tome el casamiento mas non ose dezir al.
¡Plega al Criador que en çielo esta
que vos vea mejor casadas d’aqui en adelant,
de mios yernos de Carrion Dios me faga vengar!»
Besaron las manos las fijas al padre.
Teniendo ivan armas, entraronse a la cibdad;
grand gozo fizo con ellas donna Ximena su madre.
El que en buen ora nasco non quiso tardar;
fablos’ con los sos en su poridad,
al rrey don Alfonsso de Castiella pensso de enbiar:

133.

«¿O eres, Munno Gustioz, mio vassallo de pro?
¡En buen ora te crie a ti en la mi cort!
Lieves el mandado a Castiella al rrey Alfonsso;
por mi besale la mano d’alma e de coraçon
cuemo yo so su vassallo, e el es mio sennor,
d’esta desondra que me an fecha los ifantes de Carrion
que l’ pese al buen rrey d’alma e de coraçon.
El caso mis fijas, ca non ge las di yo;
quando las han dexadas a grant desonor
si desondra i cabe alguna contra nos
la poca e la grant toda es de mio sennor.
Mios averes se me an levado que sobejanos son,
esso me puede pesar con la otra desonor.
Adugamelos a vistas o a juntas o a cortes
commo aya derecho de ifantes de Carrion,
ca tan grant es la rrencura dentro de mi coraçon.»
Munno Gustioz privado cavalgo,
con el dos cavalleros que l’ sirvan a so sabor
e con el escuderos que son de criazon;
salien de Valençia e andan quanto pueden,
no s’ dan vagar los dias e las noches.
Al rrey en San Fagunt lo fallo.
Rey es de Castiella e rrey es de Leon
e de las Asturias bien a San Çalvador,
fasta dentro en Sancti Yaguo de todo es sennor
e llos condes gallizianos a el tienen por sennor.
Assi commo descavalga aquel Munno Gustioz
omillos’ a los sanctos e rrogo a Criador;
adelinno pora’l palaçio do estava la cort,
con el dos cavalleros que l’ aguardan cum a ssennor.
Assi commo entraron por medio de la cort
violos el rrey e connosçio a Munno Gustioz;
levantos’ el rrey, tan bien los rreçibio.
Delant el rrey finco los inojos aquel Munno Gustioz:
besabale los pies aquel Munno Gustioz:
«¡Merçed, rrey Alfonsso: de largos rreinos a vos dizen sennor!
Los pies e las manos vos besa el Campeador;
ele es vuestro vassallo e vos sodes so sennor.
Casastes sus fijas con ifantes de Carrion,
alto fue el casamiento ca lo quisiestes vos.
Hya vos sabedes la ondra que es cuntida a nos,
cuemo nos han abiltados ifantes de Carrion;
mal majaron sus fijas del Çid Campeador,
majadas e desnudas a grande desonor
desenparadas las dexaron en el rrobredo de Corpes
a las bestias fieras e a las aves del mont.
Afelas sus fijas en Valençia do son.
Por esto vos besa las manos commo vassallo a sennor
que ge los levedes a vistas o a juntas o a cortes.
Tienes’ por desondrado, mas la vuestra es mayor,
e que vos pese, rrey, commo sodes sabidor;
¡que aya Mio Çid derecho de ifantes de Carrion!»
El rrey una grand ora callo e comidio:
«Verdad te digo yo que me pesa de coraçon,
e verdad dizes en esto tu, Munno Gustioz,
ca yo case sus fijas con ifantes de Carrion.
Fizlo por bien, que ffuesse a su pro;
¡si quier el casamiento fecho non fuesse oy!
Entre yo e Mio Çid pesanos de coraçon.
Ayudarle a derecho, ¡sin salve el Criador!
Lo que non cuidava fer de toda esta sazon,
andaran mios porteros por todo mio rreino,
pregonaran mi cort pora dentro en Tolledo;
que alla me vayan cuendes e ifançones,
mandare commo i vayan ifantes de Carrion
e commo den derecho a Mio Çid el Campeador,
e que non aya rrencura podiendo yo vedallo.

134.

Dezidle al Campeador que en buen ora nasco
que d’estas VII semanas adobes’ con sus vassallos;
vengam’ a Tolledo, esto l’ do de plazo.
Por amor de Mio Çid esta cort yo fago.
Saludadmelos a todos, entr’ellos aya espaçio;
d’esto que les abino aun bien seran ondrados.»
Espidios’ Munno Gustioz, a Mio Çid es tornado.
Assi commo lo dixo suyo era el cuidado:
non lo detiene por nada Alfonsso el Castellano,
enbia sus cartas pora Leon e a Sancti Yaguo
a los portogaleses e a galizianos
e a los de Carrion e a varones castellanos
que cort fazie en Tolledo aquel rrey ondrado,
a cabo de VII semanas que i fuessen juntados;
qui non viniesse a la cort non se toviesse por su vassallo.
Por todas sus tierras assi lo ivan penssando,
que non faliessen de lo que el rrey avie mandado.

135.

Hya les va pesando a los ifantes de Carrion
por que en Tolledo el rrey fazie cort;
miedo han que i verna Mio Çid el Campeador.
Prenden so conssejo assi parientes commo son,
ruegan al rrey que los quite d’esta cort.
Dixo el rrey: «¡No lo fere, sin salve Dios!
Ca i verna Mio Çid el Campeador,
darl’ edes derecho ca rrencura ha de vos.
Qui lo fer non quisiesse o no ir a mi cort,
quite mio rreyno ca d’el non he sabor.»
Hya lo vieron que es a fer los ifantes de Carrion;
prenden conssejo parientes commo son;
el conde don Garçia en estas nuevas fue
enemigo de Mio Çid, que mal siempre l’ busco,
aqueste conssejo los ifantes de Carrion.
Legava el plazo, querien ir a la cort:
en los primeros va el buen rrey don Alfonsso,
el conde don Anrrich e el conde don Remond
-aqueste fue padre del buen enperadorel
conde don Fruella e el conde don Beltran.
Fueron i de su rreino otros muchos sabidores
de toda Castiella todos los mejores:
el conde don Garçia con ifantes de Carrion
e Asur Gonçalez e Gonçalo Assurez
e Diego e Ferrando i son amos a dos
e con ellos grand bando que aduxieron a la cort;
enbair le cuidan a Mio Çid el Campeador.
De todas partes alli juntados son;
aun non era legado el que en buen ora naçio,
porque se tarda el rrey non ha sabor.
Al quinto dia venido es Mio Çid el Campeador;
Alvar Fannez adelante l’ enbio
que besasse las manos al rrey so sennor,
bien lo sopiesse que i serie essa noch.
Quando lo oyo el rrey plogo l’ de coraçon;
con grandes yentes el rrey cavalgo
e iva rreçebir al que en buen ora naçio.
Bien aguisado viene el Çid con todos los sos,
buenas conpannas que assi an tal sennor.
Quando lo ovo a ojo el buen rrey don Alfonsso
firios’ a tierra Mio Çid el Campeador,
biltar se quiere e ondrar a so sennor.
Quando lo oyo el rrey por nada non tardo:
«¡Par Sant Esidro verdad non sera oy!
Cavalgad, Çid; si non, non avria dend sabor;
saludarnos hemos d’alma e de coraçon.
De lo que a vos pesa a mi duele el coraçon;
¡Dios lo mande que por vos se ondre oy la cort!»
«¡Amen!» dixo Mio Çid el Campeador.
Besole la mano e despues le saludo:
«¡Grado a Dios quando vos veo, sennor!
Omillom’ a vos e al conde don Remond
e al conde don Anrrich e a quantos que i son;
¡Dios salve a nuestros amigos e a vos mas, sennor!
Mi mugier donna Ximena, duenna es de pro,
besavos las manos e mis fijas amas a dos
d’esto que nos abino que vos pese, sennor.»
Respondio el rrey: «¡Si fago, sin salve Dios!»

136.

Pora Tolledo el rrey tornada da.
Essa noch Mio Çid Tajo non quiso passar:
«¡Merced, ya rrey; si el Criador vos salve!
Penssad, sennor de entrar a la çibdad,
e yo con los mios posare a San Servan.
Las mis compannas esta noche legaran;
terne vigilia en aqueste sancto logar.
Cras mannana entrare a la çibdad
e ire a la cort en antes de yantar.»
Dixo el rrey: «Plazme de veluntad.»
El rrey don Alfonsso a Tolledo es entrado,
Mio Çid Ruy Diaz en San Servan posado.
Mando fazer candelas e poner en el altar.
sabor a de velar en essa santidad
al Criador rrogando e fablando en poridad.
Entre Minaya e los buenos que i ha
acordados fueron quando vino la man.

137.

Matines e prima dixieron faza ‘l alba.
Suelta fue la missa antes que saliesse el sol
e ssu ofrenda han fecha muy buena e’ conplida.
«Vos, Minaya Albar Fannez el mio braço mejor
vos iredes comigo e el obispo don Jheronimo
e Pero Vermuez e aqueste Munno Gustioz
e Martin Antolinez el burgales de pro
e Albar Albarez e Albar Salvadorez
e Martin Munnoz que en buen punto naçio
e mio sobrino Felez Munnoz;
comigo ira Mal Anda que es bien sabidor
e Galind Garçiez el bueno d’Aragon;
con estos cunplansse çiento de los buenos que i son.
Velmezes vestidos por sufrir las guarnizones,
de suso las lorigas tan blancas commo el sol,
sobre las lorigas arminnos e peliçones,
e que non parezcan las armas, bien presos los cordones;
so los mantos las espadas dulçes e tajadores;
d’aquesta guisa quiero ir a la cort
por demandar mios derechos e dezir mi rrazon;
si desobra buscaren ifantes de Carrion
¡do tales çiento tovier, bien sere sin pavor!»
Respondieron todos: «¡Nos esso queremos, sennor!»
Assi commo lo a dicho todos adobados son.
No s’ detiene por nada el que en buen ora naçio:
calças de buen panno en sus camas metio,
sobr’ ellas unos çapatos que a grant huebra son;
vistio camisa de rançal tan blanca commo el sol,
con oro e con plata todas las presas son,
al punno bien estan, ca el se lo mando;
sobr’ella un brial primo de çiclaton,
obrado es con oro, pareçen por o son;
sobr’esto una piel vermeja, las bandas d’oro son,
siempre la viste Mio Çid el Campeador;
una cofia sobre los pelos d’un escarin de pro,
con oro es obrada, fecha por rrazon,
que non le contalassen los pelos al buen Çid Canpeador.
La barba avie luenga e prisola con el cordon;
por tal lo faze esto que rrecabdar quiere todo lo suyo.
De suso cubrio un manto que es de grant valor,
en el abrien que ver quantos que i son.
Con aquestos çiento que adobar mando
apriessa cavalga, de San Servan salio;
assi iva Mio Çid adobado alla cort.
A la puerta de fuera descavalga a sabor,
cuerdamientra entra Mio Çid con todos los sos,
el va en medio e los çiento aderredor.
Quando lo vieron entrar al que en buen ora naçio
levantos’ en pie el buen rrey don Alfonsso
e el conde don Anrrich e el conde don Remont
e desi adelant sabet, todos los otros;
a grant ondra lo rreçiben al que en buen ora naçio.
No s’ quiso levantar el Crespo de Grannon
nin todos los del bando de ifantes de Carrion.
El rrey dixo al Çid: «Venid aca ser, Campeador,
en aqueste escanno que m’ diestes vos en don.
¡Mager que algunos pesa, mejor sodes que nos!»
Essora dixo muchas merçedes el que Valençia ganno:
«Sed en vuestro escanno commo rrey e sennor;
aca posare con todos aquestos mios.»
Lo que dixo el Çid al rrey plogo de coraçon.
En un escanno torninno essora Mio Çid poso,
los çiento que l’ aguardan posan aderredor.
Catando estan a Mio Çid quantos ha en la cort,
a la barba que avie luenga e presa con el cordon;
¡en sos aguisamientos bien semeja varon!
No l’ pueden catar de vergüença ifantes de Carrion.
Essora se levo en pie el buen rrey don Alfonsso:
«¡Oid, mesnadas; si vos vala el Criador!
Hyo de que fu rrey non fiz mas de dos cortes,
la una fue en Burgos e la otra en Carrion.
Esta terçera a Tolledo la vin fer oy
por el amor de Mio Çid el que en buen ora naçio
que rreçiba derecho de ifantes de Carrion.
Grande tuerto le han tenido, sabemoslo todos nos.
Alcaldes sean d’esto el conde don Anrrich e el conde don Remont
e estos otros condes que del vando non sodes.
Todos meted i mientes, ca sodes connosçedores
por escoger el derecho, ca tuerto non mando yo.
D’ella e d’ella part en paz seamos oy.
Juro por Sant Esidro, el que bolviere mi cort
quitarme a el rreino, perdera mi amor.
Con el que toviere derecho yo d’essa parte me so.
Agora demande Mio Çid el Campeador;
sabremos que rresponden ifantes de Carrion.»
Mio Çid la mano beso al rrey e en pie se levanto:
«Mucho vos lo gradesco commo a rrey e a sennor
por quanto esta cort fiziestes por mi amor.
Esto les demando a ifantes de Carrion:
por mis fijas que m’ dexaron yo non he desonor,
ca vos las casastes, rrey, sabredes que fer oy;
mas quando sacaron mis fijas de Valençia la mayor
hyo bien las queria d’alma e de coraçon
diles dos espadas a Colada e a Tizon
-estas yo las gane a guisa de varonque
s’ ondrassen con ellas e sirviessen a vos.
Quando dexaron mis fijas en el rrobredo de Corpes
comigo non quisieron aver nada e perdieron mi amor;
¡denme mis espadas quando mios yernos non son!»
Atorgan los alcaldes: «Tod esto es rrazon.»
Dixo el conde don Garçia: «A esto fablemos nos.»
Essora salien aparte iffantes de Carrion
con todos sus parientes e el vando que i son,
apriessa lo ivan trayendo e acuerdan la rrazon:
«Aun grand amor nos faze el Çid Campeador
quando desondra de sus fijas no nos demanda oy;
bien nos abendremos con el rrey don Alfonsso.
Demosle sus espadas, quando assi finca la boz,
e quando las toviere partirse a la cort;
hya mas non avra derecho de nos el Çid Canpeador.»
Con aquesta fabla tornaron a la cort:
Merçed, ya rrey don Alfonsso, sodes nuestro sennor!
No lo podemos negar, ca dos espadas nos dio;
quando las demanda e d’ellas ha sabor
dargelas queremos dellant estando vos.»
Sacaron las espadas Colada e Tizon,
pusieronlas en mano del rrey so sennor;
saca las espadas e rrelumbra toda la cort,
las maçanas e los arriazes todos d’oro son,
maravillanse d’ellas todos los omnes buenos de la cort.
Reçibio las espadas, las manos le beso,
tornos’ al escanno don se levanto;
en las manos las tiene e amas las cato,
no s’ le pueden camear ca el Çid bien las connosce.
Alegros’le tod el cuerpo, sonrrisos’ de coraçon,
alçava la mano, a la barba se tomo:
«¡Par aquesta barba que nadi non messo
assi s’ iran vengando don Elvira e donna Sol!»
A so sobrino por nonbre l’ lamo,
tendio el braço, la espada Tizon le dio:
«Prendetla, sobrino, ca mejora en sennor.»
A Martin Antolinez el burgales de pro
tendio el braço, el espada Colada l’ dio:
«Martin Antolinez mio vassalo de pro
prended a Colada; ganela de buen sennor,
del conde de Remont Verengel de Barçilona la mayor.
Por esso vos la do que la bien curiedes vos.
Se que si vos acaeçiere con ella ganaredes grand prez e grand valor.»
Besole la mano, el espada tomo e rreçibio.
Luego se levanto Mio Çid el Campeador:
«¡Grado al Criador e a vos, rrey sennor:
hya pagado so de mis espadas, de Colada e de Tizon!
Otra rrencura he de ifantes de Carrion:
quando sacaron de Valençia mis fijas amas a dos
en oro e en plata tres mill marcos de plata les di yo.
Hyo faziendo esto, ello acabaron lo so;
denme mis averes, quando mios yernos non son.»
¡Aqui veriedes quexarse ifantes de Carrion!
Dize el conde don Remond: «Dezid de ssi o de no.»
Essora rresponden ifantes de Carrion:
«Por esso l’ diemos sus espadas al Çid Campeador,
que al no nos demandasse, que aqui finco la boz.»
«Si ploguiere al rrey assi dezimos nos:
a lo que demanda el Çid que l’ rrecudades vos.»
Dixo el buen rrey: «Assi lo otorgo yo.»
Levantados’ en pie el Çid Campeador:
«D’estos averes que vos di yo
si me los dades, o dedes d’ello rraçon.»
Essora salien aparte ifantes de Carrion;
non acuerdan en conssejo ca los haveres grandes son,
espesos los han ifantes de Carrion.
Tornan con el conssejo e fablavan a sso sabor:
«Mucho nos afinca el que Valençia ganno
quando de nuestros averes assi ‘l prende sabor;
pagarle hemos de heredades en tierras de Carrion.»
Dixieron los alcaldes quando manfestados son:
«Si esso plogiere al Çid non ge lo vedamos nos;
mas en nuestro juvizio, assi lo mandamos nos:
que aqui lo entergedes dentro en la cort.»
A estas palabras fablo el rrey don Alfonsso:
«Nos bien la sabemos aquesta rrazon
que derecho demanda el Çid Campeador.
D’estos III mill marcos los CC tengo yo,
entramos me los dieron los ifantes de Carrion.
Tornargelos quiero ca todos fechos son,
enterguen a Mio Çid el que en buen ora naçio;
quando ellos los an a pechar non ge los quiero yo.»
Fablo Ferran Gonçalez: «Averes monedados non tenemos nos.»
Luego rrespondio el conde don Remond:
«El oro e la plata espendiesteslo vos;
por juvizio lo damos ant’ el rrey don Alfonsso:
pagenle en apreçiadura e prendalo el Campeador.»
Hya vieron que es a fer los ifantes de Carrion.
Veriedes aduzir tanto cavallo corredor,
tanta gruessa mula, tanto palafre de sazon,
tanta buena espada con toda guarnizon;
reçibiolo Mio Çid commo apreçiaron en la cort.
Sobre los dozientos marcos que tenie el rrey Alfonsso
pagaron los ifantes al que en buen ora nasco;
enprestanles de lo ageno, que non les cumple lo suyo.
Mal escapan jogados sabed, d’esta rrazon.

138.

Estas apreçiaduras Mio Çid presas las ha,
sos omnes las tienen e d’ellas penssaran.
Mas quando esto ovo acabado penssaron luego d’al:
«¡Merçed, ya rrey sennor por amor de caridad!
La rrencura mayor non se me puede olbidar.
Oidme toda la cort e pesevos de mio mal:
de los ifantes de Carrion que m’ desondraron tan mal
a menos de rriebtos no los puedo dexar.

139.

Dezid: ¿que vos mereçi, ifantes
en juego o en vero o en alguna rrazon?
Aqui lo mejorare a juvizio de la cort.
¿A que m’ descubriestes las telas del coraçon?
A la salida de Valençia mis fijas vos di yo
con muy grand ondra e averes a nombre;
quando las non queriedes, ¡ya canes traidores!
¿porque las sacavades de Valençia sus honores?
¿A que las firiestes a çinchas e a espolones?
Solas las dexastes en el rrobredo de Corpes
a las bestias fieras e a las aves del mont:
¡por quanto les fiziestes menos valedes vos!
Si non rrecudedes vealo esta cort.»

140.

El conde don Garçia en pie se levantava:
«¡Merçed, ya rrey el mejor de toda Espanna!
Vezos’ Mio Çid a llas cortes pregonadas;
dexola creçer e luenga trae la barba,
los unos le han miedo e los otros espanta.
Los de Carrion son de natura tal
non ge las devien querer sus fijas por varraganas
¡o quien ge las diera por parejas o por veladas!
Derecho fizieron porque las han dexadas.
¡Quanto el dize non ge lo preçiamos nada!»
Essora el Campeador prisos’ a la barba:
«¡Grado a Dios que çielo e tierra manda!
Por esso es luenga que a deliçio fue criada.
¿Que avedes vos, conde, por rretraer la mi barba?
Ca de quando nasco a deliçio fue criada,
ca non me priso a ella fijo de mugier nada,
nimbla messo fijo de moro nin de christiana
¡commo yo a vos, conde, en el castiello de Cabra!
Quando pris a Cabra e a vos por la barba
non i ovo rrapaz que non messo su pulgada;
¡la que yo messe aun non es eguada!»

141.

Ferran Gonçalez en pie se levanto,
a altas vozes ondredes que fablo:
«¡Dexassedes vos, Çid, de aquesta rrazon!
De vuestros averes de todos pagado sodes;
non creçies’ varaja entre nos e vos.
¡De natura somos de condes de Carrion!
Deviemos casar con fijas de rreyes o de enperadores
ca non perteneçien fijas de ifançones.
Por que las dexamos derecho fiziemos nos;
mas nos preçiamos sabet, que menos no.»

142.

Mio Çid Ruy Diaz a Pero Vermuez cata:
«¡Fabla, Pero Mudo, varon que tanto callas!
Hyo las he fijas e tu primas cormanas;
a mi lo dizen, a ti dan las orejadas.
Si yo rrespondier tu non entraras en armas.»

143.

Pero Vermuez conpeço de fablar;
detienes’le la lengua, non puede delibrar,
mas quando enpieça sabed, no l’ da vagar:
«¡Direvos, Çid, costumbres avedes tales!
¡Siempre en las cortes Pero Mudo me lamades!
Bien lo sabedes que yo non puedo mas;
por lo que yo ovier a fer por mi non mancara.
¡Mientes, Ferrando, de quanto dicho has!
Por el Campeador mucho valiestes mas.
Las tus mannas yo te las sabre contar:
¿miembrat’ quando lidiamos çerca Valençia la grand?
Pedist’ las feridas primeras al Campeador leal,
vist’ un moro, fustel’ ensayar,
antes fuxiste que a ‘l te alegasses.
Si yo non uvias’, el moro te jugara mal;
passe por ti, con el moro me off de ajuntar,
de los primeros colpes ofle de arrancar.
Did’ el cavallo, toveldo en poridad,
fasta este dia no lo descubri a nadi;
delant Mio Çid e delante todos ovistete de alabar
que mataras el moro e que fizieras barnax;
crovierontelo todos, mas non saben la verdad.
¡Y eres fermoso, mas mal varragan!
¡Lengua sin manos! ¿cuemo osas fablar?

144.

Di, Ferrando, otorga esta rrazon:
¿non te viene en miente en Valençia lo del leon,
quando durmie Mio Çid e el leon se desato?
E tu, Ferrando, ¿que fizist con el pavor?
¡Metistet’ tras el escanno de Mio Çid el Campeador!
¡Metistet’, Ferrando, por o menos vales oy!
Nos çercamos el escanno por curiar nuestro sennor
fasta do desperto Mio Çid el que Valençia ganno,
levantos’ del escanno e fues’ pora’l leon;
el leon premio la cabeça, a mio Çid espero,
dexos’le prender al cuelo e a la rred le metio.
Quando se torno el buen Campeador
a sos vassalos violos aderredor,
demando por sus yernos: ¡ninguno non fallo!
Riebtot’ el cuerpo por malo e por traidor;
esto t’ lidiare aqui ant’el rrey don Alfonsso
por fijas del Çid, don Elvira e donna Sol.
¡Por quanto las dexastes menos valedes vos!
Ellas son mugieres e vos sodes varones;
en todas guisas mas valen que vos.
Quando fuere la lid, si ploguiere al Criador,
tu lo otorgaras a guisa de traidor;
de quanto he dicho verdadero sere yo.»
D’ aquestos amos aqui quedo la rrazon.

145.

Diego Gonçalez odredes lo que dixo:
«¡De natura somos de los condes mas limpios!
Estos casamientos non fuessen apareçidos
por consagrar con Mio Çid don Rodrigo!
Por que dexamos sus fijas aun no nos rrepentimos,
mientra que bivan pueden aver sospiros;
lo que les fiziemos ser les ha rretraido,
¡esto lidiare a tod el mas ardido:
que porque las dexamos ondrados somos nos!»

146.

Martin Antolinez en pie se levantava:
«¡Cala, alevoso, boca sin verdat!
Lo del leon non se te deve olbidar;
saliste por la puerta, metistet’ al coral,
fuste d’ meter tras la viga lagar;
mas non vestisted el manto nin el brial.
Hyo llo lidiare, non passara por al:
fijas del Çid porque las vos dexastes
en todas guisas sabet, que mas que vos valen.
¡Al partir de la lid por tu boca lo diras
que eres traidor e mentist’ de quanto dicho has!»
D’estos amos la rrazon finco.

147.

Asur Gonçalez entrava por el palaçio
manto arminno e un brial rrastrando;
vermejo viene, ca era almorzado;
en lo que fablo avie poco rrecabdo:

148.

«¡Hya varones! ¿Quien vio nunca tal mal?
¡Quien vos darie nuevas de Mio Çid el de Bivar!
¡Fuesse a Rio d’Orvina los molinos picar
e prender maquilas commo lo suele far!
¿Qui l’ darie con los de Carrion a casar?»

149.

Essora Munno Gustioz en pie se levanto:
«¡Cala, alevoso, malo e traidor!
Antes almuerzas que vayas a oraçion,
a los que das paz fartaslos aderredor.
Non dizes verdad amigo ni ha sennor,
falsso a todos e mas al Criador.
En tu amistad non quiero aver rraçion;
¡fazertelo dezir que tal eres qual digo yo!»
Dixo el rrey Alfonsso: «Calle ya esta rrazon.
Los que an rrebtado lidiaran, ¡sin salve Dios!»
Assi commo acaban esta rrazon
affe dos cavalleros entraron por la cort:
al uno dizen Ojarra e al otro Yennego Simenez,
el uno es ifante de Navarra,
e el otro ifante de Aragon;
besan las manos al rrey don Alfonsso,
piden sus fijas a Mio Çid el Campeador
por ser rreinas de Navarra e de Aragon
e que ge las diessen a ondra e a bendiçion.
A esto callaron e ascucho toda la cort.
Levantos’ en pie Mio Çid el Campeador:
«¡Merçed, rrey Alfonsso, vos sodes mio sennor!
¡Esto gradesco yo al Criador
quando me las demandan de Navarra e de Aragon!
Vos las casastes antes, ca yo non;
afe mis fijas en vuestras manos son,
sin vuestro mandado nada non fere yo.»
Levantos’ el rrey, fizo callar la cort:
«Ruego vos, Çid, caboso Campeador,
que plega a vos e atorgar lo he yo
este casamiento oy se otorge en esta cort,
ca creçevos i ondra e tierra e onor.»
Levantos’ Mio Çid, al rrey las manos le beso:
«Quando a vos plaze otorgolo yo, sennor.»
Essora dixo el rrey: «¡Dios vos de den buen galardon!
A vos, Ojarra, e a vos, Yenego Ximenez,
este casamiento otorgovosle yo
de fijas de Mio Çid don Elvira e donna Sol
pora los ifantes de Navarra e de Aragon,
que vos las de a ondra e a bendiçion.»
Levantos’ en pie Ojarra e Ynego Ximenez,
besaron las manos del rrey don Alfonsso
e despues de Mio Çid el Campeador;
metieron las fes e los omenajes dados son
que cuemo es dicho assi sea o mejor.
A muchos plaze de tod’ esta cort
mas non plaze a los ifantes de Carrion.
Minaya Albar Fannez en pie se levanto:
«¡Merçed vos pido commo a rrey e a sennor
e que non pese esto al Çid Campeador!
Bien vos di vagar en toda esta cort;
dezir querria ya quanto de lo mio.»
Dixo el rrey: «Plazme de coraçon.
Dezid, Minaya, lo que ovieredes sabor.»
«Hyo vos rruego que me oyades toda la cort,
ca grand rrencura he de ifantes de Carrion.
Hyo les di mis primas por mandado del rrey Alfonsso,
ellos las prisieron a ondra e a bendiçion;
grandes averes les dio Mio Çid Campeador;
ellos las han dexadas a pesar de nos:
¡riebtoles los cuerpos por malos e por traidores!
De natura sodes de los de Vani Gomez
onde salien condes de prez e de valor;
mas bien sabemos las mannas que ellos han.
¡Esto gradesco yo al Criador
quando piden mis primas don Elvira e donna Sol
los ifantes de Navarra e de Aragon!
Antes las aviedes parejas pora en braços las tener,
agora besaredes sus manos e lamarlas hedes sennoras;
averlas hedes a servir, mal que vos pese a vos.
¡Grado a Dios del çielo e aquel rrey don Alfonsso
asi l’ creçe la ondra a Mio Çid el Campeador!
En todas guisas tales sodes quales digo yo;
si ay qui rresponda o dize de no
¡hyo so Albar Fannez pora tod el mejor!»
Gomez Pelayet en pie se levanto:
«¿Que val’, Minaya, toda essa rrazon?
Ca en esta cort afarto ha pora vos
e qui al quisiesse serie su ocasion.
Si Dios quisiere que d’esta bien salgamos nos
despues veredes que dixiestes o que no.»
Dixo el rrey: «Fine esta rrazon;
non diga ninguno d’ella mas una entençion.
Cras sea la lid quando saliere el sol
destos III por tres que rrebtaron en la cort.»
Luego fablaron ifantes de Carrion:
«Dandos, rrey, plazo ca cras ser non puede.
Armas e cavallos tienenlos del Canpeador,
nos antes abremos a ir a tierras de Carrion.»
Fablo el rrey contra’l Campeador:
«Sea esta lid o mandaredes vos.»
En essora dixo Mio Çid: «No lo fare, sennor;
mas quiero a Valençia que tierras de Carrion.»
En essora dixo el rrey: «A osadas, Campeador.
Dadme vuestros cavalleros con todas vuestras guarnizones,
vayan comigo, yo sere el curiador;
hyo vos lo sobrelievo commo buen vassallo faze sennor
que non prendan fuerça de conde nin de ifançon.
Aqui les pongo plazo de dentro en mi cort:
a cabo de tres semanas en begas de Carrion
que fagan esta lid delant estando yo.
Quien no viniere al plazo, pierda la rrazon,
desi sea vençido e escape por traidor.»
Prisieron el juizio ifantes de Carrion.
Mio Çid al rrey las manos le beso
e dixo: «Plazme, sennor.
Estos mis tres cavalleros en vuestra mano son,
d’aqui vos los acomiendo como a rrey e a sennor.
Ellos son adobados pora cumpllir todo lo so.
¡Ondrados me los enbiad a Valençia por amor del Criador!»
Essora rrespuso el rrey: «¡Assi lo mande Dios!»
Alli se tollio el capielo el Çid Campeador,
la cofia de rançal que blanca era commo el sol,
e soltava la barba e sacola del cordon.
No s’ fartan de catarle quantos ha en la cort.
Adelinno al conde don Anrich e al conde don Remond:
abraçolos tan bien e rruega los de coraçon
que prendan de sus averes quanto ovieren sabor.
A essos e a los otros que de buena parte son
a todos los rrogava assi commo han sabor;
tales ya que prenden, tales ya que non.
Los CC marcos al rrey los solto;
de lo al tanto priso quanto ovo sabor.
«¡Merçed vos pido, rrey por amor del Criador!
Quando todas estas nuevas assi puestas son
beso vuestras manos con vuestra graçia, sennor;
e irme quiero pora Valençia, con afan la gane yo.»

150.

El rrey alço la mano, la cara se sanctigo:
«¡Hyo lo juro par Sant Esidro el de Leon
que en todas nuestras tierras non ha tan buen varon!»
Mio Çid en el cavallo adelant se lego,
fue besar la mano a so sennor Alfonsso:
«Mandastesme mover a Bavieca el corredor,
en moros ni en christianos otro tal non ha oy:
hyo vos le do en don: mandedesle tomar, sennor.»
Essora dixo el rrey: «D’esto non he sabor;
si a vos le tollies’ el cavallo no havrie tan buen sennor.
Mas a tal cavallo cum est’ pora tal commo vos,
pora arrancar moros del canpo e ser segudador;
¡quien vos lo toller quisiere no l’ vala el Criador
ca por vos e por el cavallo ondrados somos nos!»
Essora se espidieron e luego s’ partio la cort.
El Campeador a los que han lidiar tan bien los castigo:
«Hya Martin Antolinez e vos, Pero Vermuez,
e Munno Gustioz: firmes sed en campo a guisa de varones;
¡buenos mandados me vayan a Valençia de vos!»
Dixo Martin Antolinez: «¿Por que lo dezides, sennor?
Preso avemos el debdo e a passar es por nos;
¡podedes oir de muertos, ca de vençidos no!»
Alegre fue d’aquesto el que en buen ora naçio;
espidios’ de todos los que sos amigos son,
Mio Çid pora Valençia e el rrey pora Carrion.
Mas tres semanas de plazo todas complidas son:
felos al plazo los del Campeador,
cunplir quieren el debdo que les mando so sennor.
Ellos son en poder del rrey don Alfonsso el de Leon.
Dos dias atendieron a ifantes de Carrion;
mucho vienen bien adobados de cavallos e de guarnizones,
e todos sus parientes con ellos son;
que si los pudiessen apartar a los del Campeador
que los matassen en campo por desondra de so sennor.
El cometer fue malo, que lo al no s’ enpeço,
ca grand miedo ovieron a Alfonsso el de Leon.
De noche belaron las armas e rrogaron al Criador.
Troçida es la noche, ya quiebran los albores:
muchos se juntaron de buenos rricos omnes
por ver esta lid ca avien ende sabor;
demas sobre todos i es el rrey don Alfonsso
por querer el derecho e non consentir el tuerto.
Hya s’ metien en armas los del buen Campeador;
todos tres se acuerdan ca son de un sennor.
En otro logar se arman los ifantes de Carrion;
sedielos castigando el conde Garçi Ordonnez.
Andidieron en pleito, dixieronlo al rrey Alfonsso
que non fuessen en la batalla las espadas tajadores Colada e Tizon
que non lidiassen con ellas los del Campeador;
mucho eran rrepentidos los ifantes por quanto dadas son.
Dixierongelo al rrey, mas non ge lo conloyo:
«Non sacastes ninguna quando oviemos la cort.
Si buenas las tenedes pro abran a vos;
otrosi faran a los del Canpeador.
¡Levad e salid al campo, ifantes de Carrion!
Huebos vos es que lidiedes a guisa de varones,
que nada non mancara por los del Campeador.
Si del campo bien salides grand ondra avredes vos,
e ssi fueres vençidos non rrebtedes a nos
ca todos lo saben que lo buscastes vos.»
Hya se van rrepintiendo ifantes de Carrion,
de lo que avien fecho mucho rrepisos son;
no lo querrien ayer fecho por quanto ha en Carrion.
Todos tres son armados los del Campeador.
Hivalos ver el rrey don Alfonsso,
dixieron los del Campeador:
«Besamos vos las manos commo a rrey e a sennor
que fiel seades oy d’ellos e de nos;
¡a derecho vos valed, a ningun tuerto no!
Aqui tienen su vando los ifantes de Carrion,
non sabemos que s’ comidran ellos o que non.
En vuestra mano nos metio nuestro sennor:
¡tenendos a derecho, por amor del Criador!»
Essora dixo el rrey: «¡D’alma e de coraçon!»
Aduzenles los cavallos buenos e corredores,
santiguaron las sielas e cavalgan a vigor,
los escudos a los cuellos que bien blocados son;
en mano prenden las astas de los fierros tajadores,
estas tres lanças traen sennos pendones;
e derredor d’ellos muchos buenos varones.
Hya salieron al campo do eran los mojones.
Todos tres son acordados los del Campeador
que cada uno d’ellos bien fos’ ferir el so.
Fevos de la otra part los ifantes de Carrion
muy bien aconpannados, ca muchos parientes son.
El rrey dioles fieles por dezir el derecho e al non,
que non varagen con ellos de si o de non.
Do sedien en el campo fablo el rrey don Alfonsso:
«¡Oid que vos digo, ifantes de Carrion!
Esta lid en Toledo la fizierades mas non quisiestes vos.
Estos tres cavalleros de Mio Çid el Campeador
hyo los adux’ a salvo a tierras de Carrion;
aved vuestro derecho, tuerto non querades vos,
ca qui tuerto quisiere fazer mal ge lo vedare yo,
en todo mio rreyno non avra buena sabor.»
Hya les va pesando a los ifantes de Carrion.
Los fieles e el rrey ensennaron los mojones;
libravanse del campo todos aderredor.
Bien ge lo demostraron a todos VI commo son
que por i serie vençido qui saliesse del mojon.
Todas las yentes esconbraron aderredor
mas de VI astas de lanças que non legassen al mojon.
Sorteavanles el campo, ya les partien el sol;
salien los fieles de medio, ellos cara por cara son.
Desi vinien los de Mio Çid a los ifantes de Carrion
e llos ifantes de Carrion a los del Campeador.
Cada uno d’ellos mientes tiene al so:
abraçanlos escudos delant los coraçones,
abaxan las lanças abueltas con los pendones,
enclinavan las caras sobre los arzones,
batien los cavallos con los espolones,
tembrar querie la tierra dond eran movedores.
Cada uno d’ellos mientes tiene al so;
todos tres por tres ya juntados son,
cuedanse que essora cadran muertos los que estan aderredor.
Pero Vermuez el que antes rrebto
con Ferran Gonçalez de cara se junto,
firiensse en los escudos sin todo pavor;
Ferran Gonçalez a Pero Vermuez el escudo l’ passo,
prisol’ en vazio, en carne no l’ tomo,
bien en dos logares el astil le quebro.
Firme estido Pero Vermuez, por esso no s’ encamo;
un colpe reçibiera mas otro firio,
quebranto la boca del escudo, apart ge la echo,
passogelo todo que nada no l’ valio,
metio’l la lança por los pechos que nada no l’ valio;
tres dobles de loriga tenie Fernando, aquesto l’ presto,
las dos le desmanchan e la terçera finco;
el belmez con la camisa e con la guarnizon
de dentro en la carne una mano ge lo metio,
por la boca afuera la sangre l’ salio,
quebraronle las çinchas, ninguna no l’ ovo pro,
por la copla del cavallo en tierra lo echo.
Assi lo tenien las yentes que mal ferido es de muert.
El dexo la lança e al espada mano metio;
quando lo vio Ferran Gonçalez conuvo a Tizon,
antes que el colpe esperasse dixo «¡Vençudo so!»
Atorgarongelo los fieles, Pero Vermuez le dexo.

151.

Martin Antolinez e Diego Gonçalez firieronse de las lanças,
tales fueron los colpes que les quebraron amas.
Martin Antolinez mano metio al espada,
rrelumbra tod el campo tanto es linpia e clara;
diol’ un colpe, de traviesso l’ tomava,
el casco de somo apart ge lo echava,
las moncluras del yelmo todas ge las cortava,
alla levo el almofar, fata la cofia legava,
la cofia e el almofar todo ge lo levava,
rraxol’ los pelos de la cabeça, bien a la carne legava;
lo uno cayo en el campo e lo al suso fincava.
Quando este colpe a ferido Colada la preçiada
vio Diego Gonçalez que no escaparie con el alma;
bolvio la rrienda al cavallo por tornasse de cara.
Essora Martin Antolinez reçibiol’ con el espada,
un colpe l’ dio de lano, con lo agudo no l’ tomava;
Dia Gonçalez espada tiene en mano mas no la ensayava;
esora el ifante tan grandes vozes dava:
«¡Valme, Dios glorioso, sennor, e curiam d’este espada!»
El cavallo a so rrienda e mesurandol’ del espada
sacol’ del mojon; Martin Antolinez en el campo fincava.
Essora dixo el rrey: «Venid vos a mi companna;
por quanto avedes fecho vençida avedes esta batalla.»
Otorgangelo los fieles que dize verdadera palabra.

152.

Los dos han arrancado; direvos de Munno Gustioz
con Assur Gonçalez commo se adobo:
firiensse en los escudos unos tan grandes colpes;
Assur Gonçalez furçudo e de valor
firio en el escudo a don Munno Gustioz,
tras el escudo falssoge la guarnizon,
en vazio fue la lança ca en carne no l’ tomo.
Este colpe fecho otro dio Munno Gustioz,
tras el escudo falssoge la guarnizon
por medio de la bloca del escudo l’ quebranto,
no l’ pudo guarir, falssoge la guarnizon,
apart le priso, que non cab’ el coraçon;
metiol’ por la carne adentro la lança con el pendon,
de la otra part una braça ge la echo,
con el dio una tuerta, de la siella lo encamo,
al tirar de la lança en tierra lo echo;
vermejo salio el astil e la lança e el pendon.
Todos se cuedan que ferido es de muert.
La lança rrecombro e sobr’el se paro;
dixo Gonçalo Assurez: «¡No l’ firgades, por Dios!
¡Vençudo es el campo quando esto se acabo!»
Dixieron los fieles: «Esto oimos nos.»
Mando librar el canpo el buen rrey don Alfonsso,
las armas que i rastaron el se las tomo.
Por ondrados se parten los del buen Campeador,
vençieron esta lid ¡grado al Criador!
Grandes son los pesares por tierras de Carrion.
El rrey a los de Mio Çid de noche los enbio
que no les diessen salto nin oviessen pavor.
A guisa de membradosandan dias e noches,
felos en Valençia con Mio Çid el Campeador;
por malos los dexaron a los ifantes de Carrion,
conplido han el debdo que les mando so sennor;
alegre ffue d’aquesto Mio Çid el Campeador.
Grant es la biltança de ifantes de Carrion:
qui buena duenna escarneçe e la dexa despues
¡atal le contesca o si quier peor!
Dexemosnos de pleitos de ifantes de Carrion;
de lo que an preso mucho an mal sabor.
Fablemos nos d’aqueste que en buen ora naçio:
grandes son los gozos en Valençia la mayor
porque tan ondrados fueron los del Campeador.