Parque Nacional de Sierra Nevada
I. Introducción
El Parque Nacional de Sierra Nevada representa los "sistemas naturales ligados a la media y alta montaña mediterránea". Siemprevivas, dedaleras, tiraña, manzanilla de la sierra, violeta de Sierra Nevada, estrella de las nieves, amapolas de Sierra Nevada y acónitos, forman parte de las más de 2.000 especies vegetales (66 endemismos exclusivos), de gran vistosidad y colorido, que viven en el Parque. Anfibios, reptiles, mamíferos , aves y una rica entomofauna (80 endemismos exclusivos), conforman la fauna de Sierra Nevada, especialmente ligada a los hábitats de la alta montaña. La cabra montés, habitual de las altas cumbres, es la especie más característica del parque.
Como consecuencia de la orogenia alpina en el Terciario se levanta el macizo montañoso de Sierra Nevada. Desde entonces, no ha parado de elevarse hasta alcanzar las máximas cumbres peninsulares. Pero la actual morfología es también fruto de los episodios glaciares de finales del Cuaternario. En la zona de cumbres se conserva un relieve glaciar único, modelado por las glaciaciones cuaternarias en el macizo de alta montaña más meridional del continente europeo.
- Fecha de declaración: Ley 3/1999, de 11 de enero.
- Superficie: 86.208 hectáreas.
- Provincia: Granada y Almería, Andalucía
- Contacto: Tlf: 958 02 63 00 | Fax: 958 02 63 10 | sierra.nevada@oapn.mma.es
- Valores Naturales: Más de 2.100 especies catalogadas de las cerca de 8.000 de flora vascular existentes en la Península Ibérica. Entre la fauna se cuentan anfibios, reptiles, mamíferos , aves y una rica entomofauna (80 endemismos exclusivos).
II. El medio natural
Las Cordilleras Béticas constituyen una serie de alineaciones montañosas que se extienden por todo el sureste español, desde la provincia de Murcia hasta el estrecho de Gibraltar. Sus límites están comprendidos entre la Depresión del Guadalquivir al norte, y el mar Mediterráneo al sur y al este.
El Parque Nacional de Sierra Nevada, con 86.208 ha de extensión, forma parte de las Cordilleras Béticas pero constituye una unidad geográfica claramente diferenciada, situada al sureste de la ciudad de Granada, comprendiendo también el extremo occidental de la provincia de Almería. En él se incluyen 15 municipios de la provincia de Almería y 29 de la de Granada.
El relieve de Sierra Nevada es de formas suaves y cimas alomadas , aunque en sectores localizados del macizo, como por ejemplo en la cabecera del Genil, pueden llegar a ser abrupto y escarpado. Aquí se localizan los mayores picos de la Península, el Mulhacén (3.482 m) y el Veleta (3.392 m). En total, 15 cumbres superan los 3000 metros de altitud. Su relieve tiene además un extraordinario interés geomorfológico debido a las formas de modelado glacial y periglacial existentes y a la, aún activa, dinámica periglacial que sigue actuando a partir de los 2.500-2.600 m.
Toda la zona de cumbres muestra las huellas de la erosión glaciar, con valles en forma de U, circos coronados por sierras abruptas y lagunas que ocupan las depresiones. Las formas glaciares que aparecen en Sierra Nevada son muy variadas. Los circos glaciares son relativamente abundantes, encontrándose los más evolucionados en las zonas de altas cumbres y los incipientes en zonas más bajas.
Geológicamente aparecen tres zonas de disposición concéntrica:
- El núcleo central de Sierra Nevada, donde emergen las cumbres más elevadas del macizo, formado por rocas metamórficas (esquistos, pizarras). Esta zona es conocida como la "lastra".
- Rodeando a esta área se dispone una orla interna de terrenos triásicos, constituida por pizarras, mármoles, serpentinas, gneises y filitas arcillosas, compuesta por fragmentos deleznables que constituyen la "launa", utilizada como impermeabilizante en techos de las viviendas de las Alpujarras. Desde el punto de vista florístico tienen importancia las serpentinas del Almirez y los mármoles del río Trevélez.
- Más al exterior se dispone un cinturón de calizas y dolomías, que constituyen el característico "calar". Es en el extremo O-NO donde se observa con mayor claridad esta orla calcárea, donde se origina un relieve abrupto e intrincado, con picos bien diferenciados como la aguja del Trevenque (2.079 m), las cresterías del Dornajo (2.076 m), Alayos de Dílar (1.980 m), y espectaculares angosturas como los cahorros de Monachil.
Por último, el neógeno y cuaternario están representados por rocas blandas, tipo margas, arenas, conglomerados. etc. En estos lugares la xericidad es muy marcada.
En las cumbres, precipitaciones próximas a los 2.000 mm proporcionan una considerable capa de nieve y, por tanto, buena reserva de recursos hídricos. En Sierra Nevada, los veranos son suaves y los inviernos fríos con heladas frecuentes, especialmente en los pisos oro- y crioromediterráneo. Desde enero hasta agosto las temperaturas experimentan un alza gradual para declinar a partir de septiembre. Por encima de los 1.800 m de altitud, la precipitación es en forma de nieve al menos en un 30%, y por encima de los 2.500 m en un 95%. De esta forma, se provoca una escorrentía en los esquistos, que es drenada por barrancos y arroyos.
La red hidrográfica es amplia, y está formada por numerosos arroyos, ríos y barrancos, que alimentados por las nieves, cuentan con poco agua en invierno y un caudal elevado en primavera y principios de verano.Por el extremo suroccidental discurre el río Ízbor, que recoge las aguas de rios menores que nacen en el núcleo central de Sierra Nevada. Más al norte, discurre el Genil, que recoge las aguas de la vertiente septentrional y desemboca en el Guadalquivir. En la vertiente meridional de la Sierra se originan los ríos Guadalfeo, Adra y Andarax. Esta red fluvial influye poderosamente en el paisaje y tiene una estrecha relación con la erosión, que es máxima entre los 800 y los 2.000 m de altitud.
III. Diversidad biológica
La diversidad biológica es el principal valor ecológico de Sierra Nevada, especialmente en lo que se refiere a la flora vascular, con más de 2.100 especies catalogadas de las cerca de 8.000 existentes en la Península Ibérica. Sierra Nevada presenta el 7% de la flora vascular existente en la Región Mediterránea; teniendo en cuenta que este macizo apenas representa una centésima parte de la superficie total de esta región biogeográfica, da una idea de la calidad de esta singular muestra del patrimonio natural.
El clima riguroso de las glaciaciones cuaternarias provocó en Europa una retirada de la vegetación hacia latitudes más bajas, de esta forma, llegaron a Sierra Nevada especies procedentes del norte de Europa. La permanencia de muchas de estas especies se vio favorecida por los periodos interglaciares. Algunas de estas especies buscaron su óptimo ambiental subiendo a lo alto de las montañas, donde el clima era similar al de su origen. Más adelante, a causa del aislamiento, algunas de estas plantas desembocaron en nuevas especies o razas, muchas de ellas vicariantes de algunas plantas alpinas o pirenaicas, engrosando así el número de endemismos propios de este macizo.
El elemento endémico es muy elevado: alrededor de 65 especies exclusivas y 175 endemismos ibéricos. Ello es debido a una estrecha tolerancia frente a algún factor ambiental limitante, a la existencia de barreras geográficas, génesis reciente y cambios en las condiciones climáticas. Además se encuentran representados 65 de los 181 taxones que componen el catálogo regional de flora silvestre amenazada. Artemisia granatensis, Arenaria nevadensis, Erodium astragaloides, Erodium rupicola, Laserpitium longiradium, Narcissus nevadensis, Senecio elodes y Sarcocapnos crassifolia subsp. speciosa se encuentran catalogadas "en peligro de extinción" por el Real Decreto 439/90, de 30 de marzo por el que se regula el catálogo general de especies amenazadas. Existen además, 18 taxones que aparecen en el anexo II, 9 de ellos prioritarios (Real Decreto 1997/95, de 7 de diciembre), de interés comunitario y para cuya protección es necesario designar zonas especiales de conservación.
Así se identificar distintos tipos de endemismos:
- Endemismos béticos: aunque no son exclusivos del macizo de Sierra Nevada, presentan una distribución cercana en las sierras béticas y subbéticas.
- Endemismos del sector malacitano-almijarense: su distribución se extiende por la Axarquía malagueña, sierras de Tejeda y Almijara y la porción calizo-dolomítica de Sierra Nevada.
- Endemismos del sector alpujarro-gadorense: que ocupan las estribaciones costeras de las cordilleras Béticas.
- Endemismos del sector nevadense, es decir, aquellos cuya distribución queda restringida a Sierra Nevada y Sierra de los Filabres.
Además, cerca de un centenar de endemismos presentan una distribución más amplia en la Península Ibérica.
IV. Media y alta montaña
IV.I La media montaña
Las formaciones boscosas - Los acerales (Acer granatense, A. monspessulanum) y quejigares (Quercus faginea) están escasamente representados por la fuerte acción antrópica. Se instalan en las zonas más húmedas del Parque, ocupando los valles y umbrías. Los melojares (Quercus pyrenaica) de Sierra Nevada, aunque mermados por los incendios y las abusivas talas, presentan gran interés por sus características ecológicas y corológicas; se desarrollan sobre suelos ácidos y se encuentran bien representados en los barrancos de las caras norte y sur.
Los encinares se sitúan entre los 1.300 y los 1.700 m, aunque en algunos enclaves pueden alcanzar los 1.900 m de altitud. Se desarrollan tanto en suelos carbonatados como sobre rocas ácidas. El bosque corresponde a un encinar dominado por la encina (Quercus rotundifolia) y, dependiendo del tipo de suelo y altitud, son frecuentes arbustos como enebros (Juniperus oxycedrus), torvisco (Daphne gnidium), rusco (Ruscus aculeatus), agracejo (Berberis hispanica) y majuelo (Crataegus monogyna) sobre suelos básicos. En enclaves con menor altitud son frecuentes el lentisco (Pistacia lentiscus), acebuche (Olea europaea sylvestris) y zarzaparrilla (Smilax aspera). El encinar silicícola es pobre en especies; además de la encina aparecen enebros, torvisco y madreselva (Lonicera etrusca).
La vegetación riparia se desarrolla en los márgenes de ríos y arroyos y actualmente se encuentra muy degradada, siendo difícil encontrar bosques de ribera en buen estado de conservación. Sobre suelos ácidos se instalan alisedas (Alnus glutinosa), saucedas (Salix atrocinerea) y fresnedas (Fraxinus angustifolia). En áreas ricas en bases, la vegetación riparia está formada principalmente por olmedas (Ulmus minor), choperas (Populus alba) y saucedas (Salix spp.)
Estas zonas boscosas son habitadas por fauna diversa: de forma más o menos constante, por el pito real (Picus viridis) y el agateador común (Certhia brachydactyla). Junto a ellos, podemos ver algunas especies sedentarias como el carbonero común (Parus major), el carbonero garrapinos (Parus ater) y el herrerillo común (Parus caeruleus) que utilizan los orificios de los troncos para hacer sus nidos. Posados en las ramas de los árboles podemos ver al escandaloso arrendajo (Garrulus glandarius) y al mirlo común (Turdus merula). Entre los visitantes típicos de primavera podemos encontrar al reyezuelo (Regulus ignicapillis), los mosquiteros (Phylloscopus collybita), las currucas (Sylvia atricapilla, S. communis) y al pinzón vulgar (Fringilla coelebs). Ya en tierra firme y en zonas abiertas, podemos tropezarnos con grandes ejemplares de culebra de escalera (Elaphe scalaris), alguna culebra lisa (Coronella girondica), lagarto ocelado (Lacerta lepida) o con el sapo corredor (Bufo calamita).
Entre los mamíferos, el zorro (Vulpes vulpes) es frecuente en estas zonas aunque a veces sale a cazar a los herbazales. La comadreja (Mustela nivalis) disputa conejos y liebres a otros mamíferos. El tejón (Meles meles) y la gineta (Genetta genetta), aunque comunes, son muy difíciles de ver ya que presentan hábitos nocturnos.
IV.II La alta montaña mediterránea
En la alta montaña de Sierra Nevada existe una gran variedad de formaciones vegetales. Por encima de los 2.800 m (piso crioromediterráneo), donde los suelos son poco evolucionados y las condiciones climáticas adversas, se desarrollan pastizales de bajo porte y escasa cobertura (pastizales psicroxerófilos). Presentan un gran interés y constituyen uno de los aspectos más singulares de Sierra Nevada. Estos pastizales están compuestos por un gran número de especies endémicas (hasta el 40%): Arenaria imbricata, Artemisia granatensis, Festuca clementei, Hormatophylla purpurea. Los canchales "cascajares" están muy extendidos y en ellos viven gran número de especies, con adaptaciones para resistir estos ambientes: Viola crassiuscula, Linaria glacialis. En los paredones rocosos son frecuente las especies que colonizan grietas y repisas: Saxifraga nevadensis, Arabis alpina.
En los fondos de circos glaciares, aparecen los "borreguiles", pastizales higrofíticos que, como en el caso anterior, son ricos en especies endémicas: Armeria splendens, Carex camposi, Plantago nivalis, Veronica turbicola. Entre los 1.900-2.800 m (piso oromediterráneo), se desarrollan los pinares y sabinares. La vegetación está formada por especies de porte arbóreo y arbustivo (Pinus sylvestris, Juniperus sabina, J. communis subsp. hemisphaerica, Prunus ramburii) y un matorral pulvinular (Vella spinosa, Erinacea anthyllis, Bupleurum spinosum, Astragalus granatensis). Sobre suelos medianamente evolucionados se desarrollan piornales y enebrales, formando comunidades ricas en caméfitos fruticosos y hemicriptófitos (Festuca indigesta, Arenaria imbricata). También abunda el elemento endémico: Genista versicolor, Arenaria pungens, Potentilla nevadensis. En áreas calcáreas a elevada altitud (Dornajo, cabecera del río Dúrcal), y a causa de la escasez de suelo, se desarrolla un espinal con sabinas y enebros, mezclado con un tomillar almohadillado. Aparecen especies como Sideritis carbonellis y Astragalus granatesis.
Entre los animales de alta montaña destacan el acentor alpino (Prunella collaris), la collalba gris (Oenanthe oenanthe), la alondra común (Alauda arvensis) y el colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus). Entre los roquedos podremos observar al roquero rojo (Monticola saxatilis), que debe su nombre a la coloración roja del pecho del macho que contrasta con el negro azulado de su cabeza.
A estas alturas podemos ver bandadas de chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) que instalan sus colonias en los escarpes y oquedades. Rasando las paredes de los tajos y peñones surge el águila real (Aquila chrysaetos) que utiliza estas alturas como terreno de caza. También podremos avistar algún buitre leonado (Gyps fulvus), y a la perdiz común (Alectoris rufa) que llega a subir hasta los 3.000 m. Durante el otoño, la alta montaña puede recibir la visita del mirlo capiblanco (Turdus torquatus), jilgueros (Carduelis carduelis) y grupos de cernícalos (Falco tinnunculus).
Entre los mamíferos, la cabra montes (Capra pyrenaica) es la especie más emblemática del parque. Cuenta con numerosos ejemplares y se deja ver con facilidad pastando en los borreguiles de la alta montaña. También encuentran cobijo a estas alturas el topillo común (Pytimis duodecimcostatus), más propio de zonas húmedas a menor altura y el topillo nival (Chionomys nivalis), que instala sus galerías en zonas rocosas, así como a los animales a quienes sirven de presa como las comadrejas (Mustela nivalis).
A estas alturas, además de los endemismos botánicos, existen más de ochenta insectos endémicos. Los condicionantes de la alta montaña confieren a estos animales unos caracteres específicos: son en general de color negro, tienen el tegumento duro y han perdido la facultad de volar
V. Accesos al Parque Nacional:
- Desde Granada a Sierra Nevada: autovía N- 323 dirección Motril, salida por Ronda sur , A-395 dirección Pradollano ( estación de esquí) – Veleta.
- Desde Granada al P.N. Sierra Nevada por la Alpujarra: autovía N-323 dirección a Motril hasta el cruce de Lanjarón, donde tomamos la carretera de La Alpujarra C-332, que atraviesa toda la vertiente sur de Sierra Nevada.
- Desde Granada al P.N. Sierra Nevada por el Marquesado: autovía N-323 dirección Jaén, desvío en la A-92 dirección Almería, desvío en la A-337 dirección La Calahorra – Puerto de la Ragua.
- Desde Almería , por la A-92 dirección Granada.
- Desde Almería al P.N. por la Alpujarra: A-92
dirección Granada , desvío en Benahadux por la
A-348 , que recorre la Alpujarra almeriense.
VI. Mapa del parque nacional