Juan Rulfo (1917-1986)
I. El Llano en llamas
Juan Rulfo lleva a cabo en la década de 1940 la escritura de sus primeros textos literarios. El primero, fragmento de un proyecto que nunca concluiría, lo publica en la revista América, de la capital del país, y en ésta y Pan, editada en Guadalajara, dará a conocer un total de siete cuentos. Rulfo mismo cuenta la historia:
“En 1942 apareció una revista llamada “PAN”, que por su peculiar sistema me dio la oportunidad de publicar algunas cosas. Lo peculiar consistía en que el autor pagaba sus colaboraciones. Allí aparecieron mis primeros trabajos. Y si no fueron muchos se debió únicamente a que carecía de los medios económicos para pagar mis colaboraciones.
Más tarde pasé a colaborar en “América”, revista antológica, donde al menos no cobraban por publicar… En 1952 obtuve una beca de la Fundación Rockefeller, establecida en México un año antes. Mediante esa beca y con el apoyo generoso de Margaret Shedd, directora del Centro Mexicano de Escritores, logré dar forma y publicar el libro de cuentos titulado El Llano en llamas”
A los siete cuentos publicados en las revistas mencionadas agregó Rulfo ocho para la edición que resultó de su beca en el Centro Mexicano de Escritores; posteriormente agregó un par más, constando finalmente la colección de los siguientes 17 cuentos:
- Nos han dado la tierra
- La cuesta de las comadres
- Es que somos muy pobres
- El hombre
- En la madrugada
- Talpa
- Macario
- El llano en llamas
- ¡Diles que no me maten!
- Luvina
- La noche que lo dejaron solo
- Paso del norte
- Acuérdate
- No oyes ladrar a los perros
- El día del derrumbe
- La herencia de Matilde Arcángel
- Anacleto Morones
El cuento “Luvina” ha sido considerado un precursor de Pedro Páramo, mientras “Diles que no me maten” o “No oyes ladrar los perros” son incluidos por muchos lectores entre las obras maestras de la cuentística universal. Otros admiran la complejidad de “El hombre” o la ironía de “Nos han dado la tierra”, “El día del derrumbe” o “Anacleto Morones”, y en todos los cuentos de la colección está presente esa peculiar mezcla de habla popular, poesía y alta literatura que es característica, desde este libro, de la escritura de Juan Rulfo.
II. Pedro Páramo
Pedro Páramo tuvo una larga gestación. Rulfo sostuvo que la primera idea de la novela la concibió antes de cumplir los treinta años, y ya en dos cartas dirigidas en 1947 a su novia Clara Aparicio se refiere a esta obra bajo el nombre de “Una estrella junto a la luna”, diciendo que le daba algún trabajo. También declaró Rulfo posteriormente que los cuentos de “El Llano en llamas” fueron en parte una manera de aproximarse a su novela. En la última etapa de la escritura de ésta cambia su nombre a “Los murmullos”, y gracias a una beca del Centro Mexicano de Escritores puede concluirla entre 1953 y 1954. En este último año tres revistas publican adelantos de la novela y en 1955 aparece como libro. Algunos críticos advierten de inmediato que se trata de una obra maestra, aunque no faltaron lectores habituados a los esquemas novelísticos del siglo XIX que se desorientan frente a su innovadora estructura, reaccionando con desconcierto. Pero los estudios más recientes al respecto, como “La recepción inicial de Pedro Páramo”, de Jorge Zepeda, han puesto en claro que desde el principio el reconocimiento a esta obra, dentro y fuera de México, ha sido ininterrumpido y creciente. Los estudios dedicados a Pedro Páramo son muy numerosos y se incrementan cada año. En la novela, el hijo de Pedro Páramo viaja a Comala para encontrarse con su padre, sólo para verse atrapado en un mundo sin vida. La historia de lo ocurrido sobrepasa cualquier previsión del lector.
La obra de Rulfo ha sido considerada como una de las cumbres de la literatura en lengua castellana por Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Jorge Luis Borges. Autores de otros idiomas, como Günter Grass, Susan Sontag y Gao Xingjian se cuentan también entre sus grandes admiradores.
- García Márquez escribió, al recordar su primera lectura de la novela: "... Álvaro Mutis subió a grandes zancadas los siete pisos de mi casa con un
paquete de libros, separó del montón el más pequeño y corto, y me dijo muerto de risa: ¡Lea esa vaina, carajo, para que aprenda! Era Pedro Páramo. Aquella noche no pude dormir mientras no terminé la segunda lectura. Nunca, desde la noche tremenda en que leí la Metamorfosis de Kafka en una lúgubre pensión de estudiantes de Bogotá -casi diez años atrás- había sufrido una conmoción semejante." - Borges dejó escrito: "Pedro Páramo es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua
hispánica, y aun de la literatura." - Y Susan Sontag también: "La novela de Rulfo no es sólo una de las obras maestras de la literatura mundial del siglo XX, sino uno de los libros más influyentes de este mismo siglo."
- La contraportada de la edición publicada por el Fondo de Cultura Económica reza de la siguiente manera: “Dentro de su brevedad, determinada por el rigor y la concentración expresiva, Pedro Páramo sintetiza la mayor parte de los temas que han interesado siempre a los mexicanos, ese misterio nacional que el talento de Juan Rulfo ha sabido condensar por medio de los cotidianos habitantes de Comala, región inscrita ya en la mitología literaria universal”.
III. Otras obras
i. Aire de las colinas: Cartas a Clara.
Este libro recoge la correspondencia entre un jovencísimo Juan Rulfo y su entonces novia Clara Aparicio Reyes, fechada entre 1945 y 1950. En total, 81 cartas que Juan Rulfo (Apulco, 1918-México D.F., 1986) comenzó a escribir cuando tenía 27 años y las acabó ya casado y con dos hijos. En estas cartas Rulfo hace alusión a su obra incipiente, a su pasión por la fotografía y a sus inquietudes artísticas e intelectuales, al mismo tiempo que nos descubre también el curioso lado confesional de su escritura y la evolución sentimental del recién llegado a una ciudad devoradora. Estas cartas incitan a repasar el milagro de su literatura: intensidad y lucidez, ironía y profundidad y en ellas se cuenta además, cómo se gestaron sus obras maestras Pedro Páramo y El llano en llamas.
ii. El Gallo de oro y otros textos para cine
El crítico mexicano Jorge Ayala Blanco reúne en este libro una serie de textos que Juan Rulfo concibió originalmente para el cine. En el guión para "El gallo de oro" se describe el vértigo del juego del Amor y la Suerte a partir de la historia de un gallero salido de la nada y una cancionera de ferias. Aparecen también los apuntes para un guión jamás escrito: "El despojo". Y cierra el libro un texto poemático que sirve como eje a una erupción de imágenes: "La fórmula secreta". Una iconografía secuencial y una muestra de otra actividad creadora, completan este volumen.
iii. Los cuadernos de Juan Rulfo,
Este es el libro que nunca existió...El lector maravillado encontrará distintos materiales rulfianos. Leer este libro es como entrar en el taller de un gran artesano; de puntitas, y ciertamente sin profanarlo. Hay desde fragmentos de las variantes de Pedro Páramo, hasta una sinopsis de una película basada en cuentos de El Llano en Llamas. Hay extraordinarios cuentos inéditos. Y, como si fuera poco, aquí se hallan los manuscritos atribuibles a la novela de Rulfo que se aguardó durante tres décadas: “La Codillera”. Rulfo está otra vez entre nosotros... parco, extraordinario.
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Pedro Páramo | El Llano en Llamas | Otras obras
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