Impacto de los inmigrantes en el bienestar del país de destino
A. Inmigración y estructura salarial
A la hora de evaluar el impacto de la inmigración sobre las oportunidades de empleo de los trabajadores nativos, los estudiosos se han encontrado con problemas conceptuales que no permiten obtener una evidencia empírica robusta.
- En primer lugar no se han encontrado evidencias sobre las implicaciones del modelo estándar de la oferta y demanda de trabajo. Según dicho modelo, un incremento en la oferta de trabajo como consecuencia de la inmigración debería reducir los salarios de los trabajadores nativos en mercados de trabajo flexibles (en los que los salarios relativos se ajustan ante factores de demanda y de oferta), o bien reducir la tasa del empleo de los trabajadores nativos donde las rigideces existentes limitan el ajuste de los salarios relativos.
- En segundo lugar, la evidencia no es muy consistente ya que diferentes estudios obtienen estimaciones distintas.
En definitiva, la mayoría de los efectos estimados en la literatura no parecen confirmar la hipótesis de que las oportunidades de empleo o los salarios de los trabajadores nativos se vean afectados muy negativamente por la inmigración, incluso cuando el mercado recibe grandes flujos de inmigrantes.
B. Costes y beneficios de la inmigración
Una de las cuestiones básicas de este tema es el posible impacto neto de la inmigración sobre el bienestar del país de destino. Así, debemos sopesar los costes y los beneficios de dicho fenómeno.
Centrábamos los costes, además de los posibles costes en términos de las oportunidades empleo y salarios de los trabajadores nativos previamente comentado, existen otro tipo de costes.
Costes en términos de financiación de programas sociales (educación, sanidad...) que se ven afectados por la llegada de inmigrantes: debemos plantear la cuestión sobre si los inmigrantes obtienen más de sistema de bienestar social del país de destino de lo que aportan. En la medida en que los trabajadores inmigrantes pagan impuestos y cotizaciones en el país de acogida, puede argumentarse que dichas aportaciones autofinancian a los gastos adicionales que ocasiona su participación los programas de protección social existentes. En la práctica ocurre que los inmigrantes comienzan trabajando en empleos de baja cualificación, con salarios por debajo del salario medio del país de destino, de manera que, durante un período de transición que puede durar entre 10-15 años, hasta alcanzar la asimilación completa y obtener el salario medio, los impuestos que pagan son relativamente bajos respecto a los bienes públicos que reciben. Es por ello por lo que la generosidad del sistema de bienestar en algunos países puede distorsionar al alza el volumen de la inmigración recibida, especialmente en lo que concierne a trabajadores con baja cualificación.
Pero los inmigrantes también realizan importante contribución es en el país destino. Así, por ejemplo, el excedente que produce la inmigración en el país de destino en caso de que el mercado de trabajo funcione competitivamente y los inmigrantes y los trabajadores nativos sean sustitutivos perfectos en la producción. Dicho excedente de la inmigración, que es el incremento en la renta nacional que se produce como consecuencia de la inmigración, es positivo. No obstante, pese a que el país de destino obtiene un beneficio de la inmigración, se produce un problema distributivo entre trabajadores y empresarios nativos, ya que el excedente surge porque, aunque los trabajadores nativos pierden cuando los inmigrantes entran en el país, los empresarios nativos ganan incluso más. Éste hecho implica la posibilidad de indemnizar a los trabajadores nativos mediante un sistema impositivo adecuado que grave las rentas del capital, de manera que se mejore el bienestar de todos los nativos.
Asimismo, el efecto de la inmigración sobre el empleo y el salario de los nativos dependen del grado de complementariedad/sustitución entre las cualificaciones de aquellos y las de los inmigrantes. Ello implica que un criterio posible para determinar el tamaño óptimo de la inmigración sería maximizar las rentas salariales (salario x empleo) de los trabajadores nativos poco cualificados, por una parte, y de los cualificados, por otra.
C. Conclusiones
- Nuestros conocimientos sobre los efectos económicos de la inmigración han crecido sustancialmente los últimos años.
- Aunque los trabajadores inmigrantes generalmente llegan al país de destino en una situación de desventaja con respecto a los trabajadores nativos, sus oportunidades económicas crecen rápidamente con el tiempo.
- Además, existe escasa evidencia que sugiera que la inmigración tiene un impacto negativo importante sobre las oportunidades de empleo de los trabajadores nativos.
- el aumento de la población laboral ha comportado un incremento de la recaudación asociada a la imposición del trabajo (principalmente por la vía de las cotizaciones sociales), aunque no hay que olvidar que dicho colectivo se convierte también en beneficiario de las prestaciones (sanitarias, desempleo, asistenciales, etc.) reconocidas a la población general.
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