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Miguel de Cervantes

De Villanueva de los Infantes a Almagro y Calatrava la Vieja (Tramo 3)

Rutas de Don Quijote de la Mancha

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Por delante esperan 2.443 kilómetros de uno de los corredores ecoturísticos más fascinantes del mundo: ciudades, pueblos, aldeas, iglesias, ermitas, castillos, molinos, ventas, llanuras, sierras, valles, ríos, lagunas, estepas, bosques, barrancos y … aventura, mucha aventura; como la que vivió Don Quijote con su inseparable Sancho hace más de 400 años de la pluma de Miguel de Cervantes por estas tierras castellano-manchegas. En esta Ruta tiene el viajero una cita con la historia, con la cultura, con la naturaleza y con las gentes de esta región teniendo como inigualable guía a la alargada figura de Don Quijote.

Rutas del Quijote - Tramo 3

“Subió don Quijote sin replicarle más palabra, y guiando Sancho sobre su asno, se entraron por una parte de Sierra Morena que allí junto estaba, llevando Sancho intención de atravesarla toda e ir a salir al Viso o a Almodóvar del Campo y esconderse algunos días por aquellas asperezas, por no ser hallados si la Hermadad los buscase ....”.

Primera Parte, Capítulo XXIII de Don Quijote de la Mancha.

Son estos parajes, pueblos y ciudades que se suceden en este tercer tramo de la Ruta de Don Quijote, lugares que bien pudiera haber imaginado Miguel Cervantes para no pocas de las aventuras de nuestro bien amado Don Quijote. La Ruta se encamina hacia el extremo sur de Castilla-La Mancha con Sierra Morena en el horizonte; son tierras de terreno abrupto que, andando el camino, darán paso a campos de olivos y viñas, protagonistas en las llanuras del Campo de Calatrava.

Comienza (o finaliza si el viajero no inicia desde esta villa su camino) en Villanueva de los Infantes, ciudad que supone todo un regalo histórico, cultural y espiritual para el cuerpo y el alma, que encierra una excepcional riqueza arquitectónica y donde alcanzan máximo esplendor el Renacimiento y el Barroco más manchegos. Sus calles y plazas fueron el escenario de los paseos de nuestro bien amado Miguel de Cervantes; en el Convento de los Dominicos vivió y murió Francisco de Quevedo y Lope de Vega también conoció la ciudad junto a otros ilustres personajes. Foco espiritual y literario del Siglo de Oro, en Villanueva de los Infantes se encuentra la casa de Don Diego de Miranda, el Caballero del Verde Gabán, donde nuestro inseparable compañero de viaje, Don Quijote, vivió intensas discusiones poéticas y filosóficas… Debe el viajero perderse por las empedradas calles y plazas, a su paso aparecerán, entre muros encalados y sillares de piedra, iglesias, santuarios, ermitas, capillas, oratorios, palacios, casas solariegas, conventos, pórticos, escudos, inscripciones…

Hacia el sur pasaremos por Almedina, Torre de Juan Abad y Villamanrique. Tierras bañadas por el río Guadalén y en las que se suceden restos de fortificaciones que defendieron durante siglos la llanura manchega de los escarceos árabes. Así lo atestiguan la Torre-castillo de La Higuera y el Castillo de Montizón. El agreste paisaje nos alienta la cercana presencia del Parque Natural de Despeñaperros. Antes de tomar rumbo norte, la Ruta pasa por Torrenueva, Santa Cruz de Mudela, Viso del Marqués y Almuradiel. En estos parajes el viajero debe visitar el Santuario de Nuestra Señora de las Virtudes y su plaza de toros aneja, el único coso cuadrado de toda España. En Viso del Marqués abre sus puertas el Archivo de la Marina en el Palacio del Marqués de Santa Cruz. En las cercanías se encuentran las ruinas de unos ingenios de agua, donde algunos sitúan la aventura quijotesca de los batanes. Entre el Campo de Calatrava y el de Montiel se levanta Valdepeñas, una de las capitales del vino más importantes de España. Romanos, musulmanes y caballeros de la Orden de Calatrava fueron asentándose en la zona y contribuyeron a que Valdepeñas se consolidase como una de las poblaciones más importantes en el tránsito de la meseta hacia Andalucía. Sus iglesias, ermitas, su Plaza Mayor y el cercano yacimiento del Cerro de las Cabezas son visita obligada. La Mancha Baja y el Campo de Montiel se dan la mano en estas etapas de la Ruta en las que el viajero pasará por San Carlos del Valle, distinguida por la cúpula ochavada y la aguja de su iglesia parroquial. Bienvenido a la aventura... Por delante esperan 2.443 kilómetros de uno de los corredores ecoturísticos más fascinantes del mundo: ciudades, pueblos, aldeas, iglesias, ermitas, castillos, molinos, ventas, llanuras, sierras, valles, ríos, lagunas, estepas, bosques, barrancos y … aventura, mucha aventura; como la que vivió Don Quijote con su inseparable Sancho hace más de 400 años de la pluma de Miguel de Cervantes por estas tierras castellano-manchegas. En esta Ruta tiene el viajero una cita con la historia, con la cultura, con la naturaleza y con las gentes de esta región teniendo como inigualable guía a la alargada figura de Don Quijote.

Algo más al norte aparece La Solana, cuya torre de la Iglesia Parroquial de Santa Catalina está considerada como la más majestuosa de la provincia de Ciudad Real. Una de las señas de identidad de la localidad es el cultivo del azafrán, el oro rojo manchego. Desde aquí cambiamos de rumbo hacia el oeste para pasar por Membrilla y Manzanares. El viajero se encuentra en una inmensa llanura parcelada en campos de vides y labor. Es el Campo de Calatrava, un extenso territorio de la provincia de Ciudad Real limitado por los Montes de Toledo, las estribaciones de Sierra Morena, la llanura manchega y la penillanura extremeña. En su límite oriental se encuentra la localidad de Moral de Calatrava, donde el viajero tendrá la oportunidad de disfrutar tanto de los vestigios de estas tierras volcánicas como de una singular muestra de arquitectura popular. No muy lejos se encuentra Bolaños de Calatrava en cuyos alrededores hubo en tiempos de los romanos varios asentamientos. Vestigio singular es el Castillo de Doña Berenguela o de San Fernando. Llega el viajero a Almagro donde la historia se desborda. El instinto le conducirá hasta la inconfundible Plaza Mayor. Por sus soportales se accede al Museo Nacional de Teatro y al Corral de Comedias, el espacio teatral más conocido, antiguo y popular de toda España. Es inevitable oír el lejano susurro de los versos de Lope, de Tirso, de Rojas Zorilla y los autores que cada año renacen en la sesiones de Festival Internacional de Teatro Clásico. Si las visitas a la Plaza Mayor y al Corral de Comedias ya justifican el viaje a Almagro, pasear por sus cuidadas calles es algo que se torna inolvidable.

Cercano ya el final de este tercer tramo de la Ruta de Don Quijote, el viajero pasa por Valenzuela de Calatrava con su Iglesia de San Bartolomé y por Granátula de Calatrava enclavada en una de las zonas volcánicas más interesantes y sorprendentes de la Península. Muy cerca se encuentra el Cerro Domínguez donde se ubicaba la antigua Oreto (Oretum Germanorum para los romanos).

Y como final de camino la Ruta nos conduce a Aldea del Rey en cuyo término se levanta la fortaleza de Calatrava la Nueva, escenario de fascinantes historias medievales protagonizadas por monjes guerreros en tiempos de la Reconquista. El conjunto encierra el convento, la hospedería, el castillo, la iglesia y tres puertas. Desde la fortaleza se contemplan impresionantes vistas de los campos calatravos.

Fuente: Instituto Don Quijote de promoción turística, cultural y artesana de Castilla-la Mancha

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